SHIATSU: El fluir de la energía
Shiatsu:
el fluir
de la energía
l Shiatsu es una terapia manual oriental basada en el
contacto, usando principalmente la presión. El significado de la palabra Shiatsu, describe todo un feómeno, una dinámica:
SHI: pulgar, corazón, fuego, plasma, astral.
A: infinito
TSU: presión, ciclo de energía electromagnética.
El Shiatsu trabaja con la energía, el Ki que circula por
nuestro cuerpo por una serie de canales o meridianos, y con
unos puntos que conectan a modo de intercambio entre el sistema energético interno y el medio ambiente externo. Estos
canales forman un perfecto sistema de irrigación y de nutrición
hacia las diferentes partes del cuerpo, facilitando el mantenimiento de las funciones corporales.
Los orígenes del Shiatsu se remontan aproximadamente a los inicios de la
Medicina Oriental, es decir hace
unos 5.000 años, donde se mezclaron factores religiosos, geográficos y filosóficos. Tales factores
facilitaron la aparición de toda
una serie de terapias: masaje
(amma), moxibustión, acupunturas y fitoterapia.
El Shiatsu se incorpora a la tradición popular
japonesa, como forma de
E
masaje entre familiares, que ha ido pasando de generación en
generación. Con el tiempo, el Shiatsu ha adquirido la categoría de arte terapéutico, al que también unieron influencias
occidentales, respecto principalmente a técnicas manipulativas (quiropraxia y osteopatía).
De esta forma, el Shiatsu se fue desarrollando, de una
forma sistemática, creándose en Japón dos estilos y escuelas:
Zen Shiatsu, con el maestro Masunaga, y el estilo del maestro Namikoshi.
Medicina Oriental/Occidental
Para entender como funciona el Shiatsu, y cuales son sus
mecanismos de acción, es imprescindible entender e integrar la
esencia de la Medicina Oriental, que como comentamos anteriormente, tiene una base filosófica y religiosa. Por ello, no mantiene
un estricto desarrollo basado en el método científico, bajo guías
racionales y analíticas como en la Medicina Occidental.
Esta premisa es fundamental para comprender el
Shiatsu, junto con toda la Medicina Oriental tiene un gran
componente de arte, y este arte es el que desarrolla el terapeuta cuando contacta con el paciente, a través de diferentes
métodos diagnósticos:
BO-SHIN: diagnóstico visual
SETSU-SHIN: diagnóstico por el tacto
MON-SHIN: preguntas y respuestas
BU-SHIN: diagnóstico por escuchar
Así con la imprescindible sensibilidad e intuición del terapeuta, junto con toda esta información obtenida, podemos llegar a la
conclusión sobre qué alteraciones
sufre el paciente.
En Medicina Oriental, se
presta gran importancia a lo que
se denominan “síntomas menores”, que nos ayudan a comprender en forma preventiva,
qué desequilibrios existen en
el sistema energético.
Hay que entender,
que la energía es anterior a
la estructura, por ello, pode-
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m a s a j e
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v e r a n o
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