Revista Los Nogales no. 7 - Octubre 2016 | Page 22
REVISTA INSTITUCIONAL
M
e leyeron mucho cuando niña. Me regalaban libros y me los leían y, a veces,
aunque no sabía todavía descifrar lo que hacían las letras cuando se juntaban, me sentaba con uno en la mano después de advertir:
“quiero leber”. Y mi mamá me leía todas las
noches. Luego aprendí y leía sola, aunque me
gustaba que mi mamá me siguiera leyendo.
Querer
Y en el colegio de monjas leía vidas de san-
verlo
y adivinarlo
boyas. Y luego mi hermano y mis primos me
sentirlo
todo
(o porqué todavía
son necesarias las
bibliotecas)
tos en cómic en unas mesas con atril incorporado sobre las que caía la luz de las claraprestaban cómics, muchos. Me encantaban
Superman y Batman. Un día mi papá me trajo
de un viaje un libro para niños que parecía de
grandes. Tenía lomo y muchas páginas. Las
ilustraciones eran en blanco y negro. Se llama
El príncipe que todo lo aprendió en los libros.
Era una obra de teatro y aparte del príncipe
había unas princesas delgaditas de pelo largo.
Todavía lo tengo.
Me leyeron y oí leer. La tía leía a mi abuela
materna las novelas de Dumas y de Víctor
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Por
María Fernanda
López
Hugo por las noches. Novela por entregas.
Directora de la biblioteca
del Colegio Los Nogales
mientras mis papás se separaban: Dickens,
Eran unas colecciones de libros de Editorial
Cumbre que devoré como a los diez años
Julio Verne, Dumas, hasta Jorge Isaacs.