REVISTA LINAJE CULTURAL... linaje corregido | Page 13
LINAJE CULTURAL
EDICIÓN N° 1
“LA MÚSICA TIENE TANTO DE VIDA COMO DE MUERTE”- Plutarco
Lozano
Por Allisson Prentt
P lutarco,
ahora es mucho más
consciente que la muerte puede
estar a una estrofa olvidada de
distancia.
La muerte, así como un cazador
que persigue cautelosamente a su
presa, está siempre atenta.
Acechando. Lista para cobrarnos
con saña cualquier mínimo error
que cometamos.
PLUTARCO LOZANO SENTADO EN EL PARQUE DE LOS MÚSICOS
MIENTRAS AFINA SU GUITARRA. CRÉDITOS: JILL GÓMEZ
Plutarco Lozano López vio durante
segundos angustiosos como lo
intimidaba la muerte, disfrazada
de un calibre 38. Ahora es mucho
más consciente que la muerte
puede estar oculta en una estrofa,
detrás de un error suyo como
músico.
El tolimense que esconde bajo su párpado derecho un ojo de vidrio, guarda también episodios detrás de
cada canción que ha interpretado. Y así como asegura que los temas de Armando Manzanero y Vicente
Fernández aciertan en el amor y el perdón, comenta que hay otros como Antonio Aguilar quienes en su
música, tienen tanto de vida como de muerte.
A sus 69 años de edad y con la sabiduría que sólo dan el tiempo, la experiencia que se esconde detrás de su
flácida piel en el cuello, la espera, el sufrimiento, las ganas de vivir y la necesidad; Plutarco, director del trío
los Galantes, reposado en una silla de plástico mientras afina su guitarra esperando algún contrato, abre
su corazón para contarnos la historia que como un nubarrón guarda en sus recuerdos. Aquella historia que
ocurrió un día de noviembre de 1982.
Cuenta, que cierto día llegó una ruidosa camioneta hasta el famoso “Parque de los músicos” en
Barranquilla, en busca de músicos. Alrededor de las 9 de la noche, llegó un hombre buscando a Plutarco,
quién tenía en ese entonces 34 años. El muchacho se notaba apresurado y cuando el músico salió a su
encuentro, lo guio hacia la camioneta y se fueron rumbo a una mansión a las afueras de Barranquilla.
Durante el camino, mientras afinaba su guitarra, amiga inseparable; preguntó a su compañero de turno “y
bueno, ¿a quién es qué le vamos a tocar?” a lo que le respondieron casi en un susurro “Al TínSanchez”.