Europa en general y Francia en particular, han visto un aumento en los incidentes antisemitas en los últimos años. Una nueva encuesta realizada por la Conferencia de Rabinos Europeos, que representa a cientos de comunidades judías en el continente, indicó que casi la mitad (49%) de los viajeros israelíes temían encontrarse con el antisemitismo en el extranjero (Radio Jai, 2019). Es evidente que el antisemitismo sigue siendo un elemento cíclico en Europa. En Alemania, discursos de odio, graffiti antisemita y la exhibición de signos prohibidos en el país como es la svástica estaban entre las principales ofensas. Pero no hace falta irnos tan lejos. Hace unos días fueron encontrados carteles con mensajes antisemitas en el Jardín del Recuerdo en Nueva York, un monumento en honor al Holocausto. Y en Boston, alrededor de treinta lápidas en un cementerio judío fueron vandalizadas con frases como “Heil Hitler” y “Expel the Jews”. Incluso más cerca, en Argentina, fue encontrada una svástica pintada con spray en el frente del edificio de la Asociación Cultural Judía en la ciudad de Santa Fe y recientemente se han registrado una serie de incidentes antisemitas en toda Argentina, que van desde graffitis antisemitas, ataques físicos y publicaciones en los medios de comunicación social. Un organismo de control de Internet, encontró que las palabras “judío” y “sionista” eran las que más se usaban en los medios sociales y en línea en Argentina en un contexto antisemita entre 2015 y 2018 (Coordination Forum for Countering Antisemitism, 2018).
El aumento de ese tipo de incidentes en Europa, Estados Unidos y Sudamérica muestra el resurgimiento de un viejo prejuicio: “Hay un patrón ideológico común”, dijo Günther Jikeli, experto en antisemitismo europeo de la Universidad de Indiana: “...se considera que el mundo se encuentra en una mala situación, y que lo que evita que se convierta en un mejor lugar son los judíos” (The New York Times, 2019).
Personalmente considero que el aumento del antisemitismo que se ve diariamente alrededor del mundo es altamente preocupante y que especialmente ahora con tanta gente impulsando y promoviendo el odio es mucho más fácil que este se propague con mucha más rapidez. Además, por la época en la que estamos viviendo la gente tiene el camino más fácil para dañar. Probablemente el graffitti esté en las paredes para llamar la atención y asustar a la gente y no con el fin de acudir a ataques o violencia física, pero si la situación sigue escalando, estos graffitis se podrían convertir en algo mucho más grave.
"los judíos de la diáspora claman por seguridad, justicia y una vida tranquila”