Mujer judía:
El papel de la mujer dentro del judaísmo
La Torá es muy clara en cuanto a los diferentes papeles y características dadas por D-os al hombre y a la mujer.
La mujer es considerada esencial en la transmisión de la identidad religiosa en el medio familiar. La madre es responsable de que los valores se transmitan de generación en generación, es la que nutre y educa a la familia. Por esta razón, todo hijo nacido de una madre judía es considerado judío.
Otro papel importante que tiene la mujer es el prender las velas tanto de Shabat, como de las otras muchas festividades, para traer luz y armonía a las casas judías.
El status de la mujer siempre ha estado limitado durante toda la historia. Sin embargo, en los tiempos post-bíblicos y talmúdicos el status de la mujer judía fue mejorando. Se les permitió tener más derechos sobre su propiedad privada y se fijó el contrato matrimonial en el cual el hombre prometía mantener, honrar y apoyar a su esposa en todo momento.
El rol de la mujer dentro del judaísmo se ha definido por elementos que surgían a lo largo de la historia. Aún así es difícil generalizar sobre la condición de la mujer judía debido a la diversidad de las sociedades, los diferentes estilos de vida y las circunstancias en las que vivían.
Las limitaciones o prohibiciones hacia la mujer son parte del rol que se tiene que llevar a cabo. Es en este punto, es en donde comienza el dilema sobre si la religión es machista o no; ¿por qué?, porque las limitaciones son mucho más puntuales hacia la mujer que hacia el hombre, por ejemplo:
La vestimenta: La mujer tiene que vestirse de un modo en específico y recatado, tiene que llevar manga larga y falda, todo con el fín de no mostrar piel para no provocar al hombre. En el matrimonio, la mujer desde que se casa, tiene que usar peluca o pañoleta para cubrir su cabello y dedicarse al hogar, así como a sus hijos.
Al final no se trata de una guerra de egos, sino de complementarse el uno al otro, ser apoyo, soporte, compañía, comprensión y dar aliento. Ni la mujer es débil ni el hombre el fuerte. Tampoco se trata de ser machistas o feministas, sino de encontrar el balance y el equilibrio para que haya armonía en este mundo y juntos compartir la luz de Hashem y conseguir el shalom bait.
Por: Paulina Sheinberg