Columna de Opinión
Como futura educadora, al haber aprendido más acerca de la Ilustración, sobretodo la francesa, pude comprender el tremendo impacto que tuvo esta época en la educación de hoy en día, especialmente teniendo en cuenta las ideas de los principales filósofos de los que tuvimos la oportunidad de investigar. En el caso de Rousseau, las ideas que propuso durante el Siglo de las Luces siguen vigentes en la educación actual y es que sus ideas, para el siglo en el que se encontraba, eran de un grado avanzado y negaron muchas posiciones acerca de la educación y la naturaleza del niño con las que no se encontraba de acuerdo. Lo que me llamó más la atención en cuanto a sus ideas sobre la educación, fue su perspectiva acerca de la naturaleza del niño, pues él consideraba que, además de ser puros e inocentes, los niños son curiosos y los métodos de enseñanza que se basan en solo impartir conocimientos, solo lograban que el niño se frustre y se aburra, lo importante es la enseñanza a través del movimiento, el juego y de manera didáctica, logrando así que los niños se diviertan aprendiendo.
Al pensar en Rousseau y su filosofía de vida, pienso en la idea de querer hacer un cambio y no contentarme con lo que ya está estipulado, sino en todos aquellos cambios que uno desea realizar para mejorar el mundo en el que vivimos. Además, esto también apela al deseo de descubrir la verdad y la justicia, como Rousseau, quien quería promover a través de sus ideas revolucionarias el cambio que él deseaba que ocurriera en una época tan controvertida como lo fue esta. Pues en una época que se vio plagada por las injusticias y problemas sociales, la Ilustración nos da la enseñanza de mantener una postura crítica que nos permita aprender a pensar por nosotros mismos y cultivar una cultura de pensamiento que nos dé la facultad de lograr cambios en la sociedad.
Por: Alexia Da Silva