según los cálculos de algunos , debiste ser nombrado arzobispo de México para suceder a monseñor Alarcón ( 1908 ), pero , pienso , tu involucración con las Obras de la Cruz hizo que algunos , los que debían ponerte , miraran hacia otro lado . En lo humano quizá te dolió , pero tú habías abrazado tu destino a la Cruz con toda conciencia . No hiciste sino recorrer el camino que Jesús , tu Jesús , al que representabas aquí , te iba mostrando . Seguro que Dios te habló , como habla a los que tenemos fe , en medio
de la oscuridad , de la duda , de las circunstancias , de las personas . Tu respuesta fue como la de María , a la que amaste especialmente en su advocación de Guadalupe ; « sí , que se haga en mí según lo que Tú quieres ». Y de ahí , para adelante . Recordamos como tú , tan sobrio , tan eclesiástico , tan en tu lugar , te dejaste guiar con sencillez de niño por aquella señora , doña Concha Cabrera , que te enseñó muchos secretos para amar más y mejor a tu Dios , Padre , Hijo y Espíritu Santo .
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