REVISTA LA CRUZ 1062 ENE-FEB 2017 | Page 24

La santidad es el atributo que engloba todos los atributos de Dios y san Juan nos dice que Dios es amor.
Es decir, podríamos decir que la santidad es la irradiación de la intensidad, el compromiso, la donación y la libertad con que cada Persona divina vive el amor; la santidad es la manera en que la Trinidad se ama. El fruto de ese amor es la intensísima comunión de Tres que por esa comunión amorosa son Uno: el Dios santo.
Creados a imagen de ese Dios, seremos plenos si amamos así; y amar así, por lo mismo, no nos despersonaliza ni nos deshumaniza, al contrario, nos lleva a una plenitud que no nos es posible alcanzar de otra manera, pues el ser humano no se puede realizar si no es amando.
La comunión que entre sí tienen el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo es la felicidad perfecta; por lo mismo, nuestra felicidad, como la de ellos, será el fruto del amor, de un amor como el de Aquel de quien somos imagen.
Desde el momento de nuestra concepción somos seres en relación y amar implica necesariamente la relación con otro; amar involucra, pues, el modo de relacionarnos, y es en la calidad de nuestras relaciones en donde los seres humanos nos jugamos la madurez en el amor; por lo mismo, más se parece el amor del ser humano al amor de Dios, más santo es ese ser humano. Y si Dios es inimaginablemente
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