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SIMPLEMENTE CREE, SIMPLEMENTE OBEDECE

Voy a cumplir mi destino. Voy a ser lo que Dios me ha llamado a ser. También tendré lo que deseo porque Jesús dijo que, cualquier cosa que desee cuando este orando, si creo que puedo recibirlo, entonces lo tendré (Marcos 11:24). Sé que el Espíritu del Señor está sobre mí, y él me ha ungido para anunciar el Evangelio (Lucas 4:18). He sido llamado a hacer las obras de Cristo y mayores. El Dios que yo sirvo es capaz de hacer más abundantemente de lo que yo pueda pedir o entender, según el poder que está en mí. (Efesios 3:20).

¿Puedes ver adónde voy con esto? Me he llenado con la Palabra y me ha hecho libre del dolor del sacrificio, libre de la opinión de los demás, libre de las restricciones de lo que yo "puedo" o "no puedo" hacer. Te desafío a tomar las verdades que he compartido. Date cuenta de que todo lo que tú haces importa, todo sacrificio que haces es grabado en el cielo. Considera que las semillas que siembras no son sólo para ti, sino para tus generaciones futuras. Mientras tanto, Dios te cubre la espalda. Por lo tanto, se diligente en el pensamiento de tu vida. Simplemente cree que Dios es parte de la construcción de tu mapa mental. Simplemente obedece y se un hacedor. Recuerda que si tú sólo piensas, dices y haces lo que quieres, la importancia de lo que hagas sólo durara una temporada. Pero, si tú piensas, dices y haces lo que la Palabra de Dios dice, tus obras durarán para siempre. Como Jesús dijo una y otra vez, "el Cielo y la tierra pasarán, pero mis palabras no pasarán" (Mateo 24:35; Marcos 13:31). Olvídate de lo que los demás pueden decir, y concéntrate en lo que Dios ha dicho. Pon tu confianza en Su Palabra y lo que Él ha determinado en su corazón para tí. Va a ser una elección que tendrás que hacer diariamente, pero tu decisión será la diferencia entre quedarte en el camino en tus malos deseos, o permanecer recto por el camino que es Su voluntad y Su destino, lo cual es divino.

puedes ir al trono de la gracia y obtener lo que necesitas. Puedes alabar a Dios aun en medio de una mala situación. Recuerda que Dios puede liberar tu mente y hacerte ver que triunfarás. Aquellos que optan por ser "más que vencedores", como dice la Escritura, pueden sufrir una pérdida, sin embargo, no serán derrotados porque "una pérdida no significa que es tu fin” Tu puedes perder una batalla, pero ganaras la guerra. Porque Dios es quien ha escrito al final del libro.

En mi vida, he decidido levantarme, y sostener mi cabeza en alto, no importa qué. Por lo tanto, tengo que sacrificar… ¡y qué! Eso es parte de la vida, y no me importa hacer lo que hay que hacer. Dios me honra, de un modo u otro. Veré su bondad en mi vida y mis hijos lo heredarán. Muchas personas han mentido acerca de mí, aun así me niego a entrar en batalla con ellos. Llevo mis batallas al Señor, en el lugar de la oración, porque allí es donde consigo la fuerza necesaria para seguir avanzando. Con llantos y lamentos nunca se llega a nada. Aunque caiga, me LEVANTARE. Es un acto de mi voluntad y mi fe en Dios. Hubo momentos en que no tenía suficiente dinero para comer cuando comencé predicar el Evangelio, pero eso no me hizo dejar de hacer lo que Dios quería que haga. Siempre me han dicho lo que no soy. Toda mi vida he escuchado, "Tú no eres esto, no eres aquello." Así es como yo crecí, oyendo siempre que no soy nada.

Hoy, ya no frustro la gracia de Dios. Yo decido quedarme con Dios porque sé que "mayor es El que está en mí, que el que está en el mundo" (1 Juan 4:4). Yo soy más que un conquistador, y si tengo fe en Dios, puedo decirle a esa montaña. "Que se mueva”, y si no tengo ninguna duda en mi corazón y creo lo que digo, sucederá (Marcos 11:23). Una demora no es una negación, y todo sacrificio que hago es una semilla para mi futuro de éxito.

Tomado del Libro "The everyday visionary" de Jesse Duplantis