Revista Insurrección Insurrección 715 | Page 43

Eché a correr sin saber para dónde y no se cómo quedé vivo en medio de tantos muertos; aquí a Don Luis se le quebró la voz y lloró descon- solado, mientras mi papá lo abrazaba; entonces mi mente de niño concluyó que aquel relato no era de una película. Dos años después, a finales de 1964, en las estribaciones occidentales de la Serranía de Los Yarigüíes, en el Campamento Número 5 desde donde salimos para la realizar la Toma de Simacota, cuando Andrés nos hizo una conferencia sobre la Masacre de las Bananeras ocurri- da en Cienága, Magdalena, de inmediato recordé y comprendí plena- mente lo que Don Luis Viloria le contaba a mi papá, sobre esta cruen- ta masacre de obreros perpetrada por el Gobierno conservador el 6 de diciembre de 1928. El pueblo siempre ha luchado para defender sus derechos conclu- yó Andrés y para completar el análisis escuchemos el testimonio de Leonardo, sobre la Huelga de 1.963 en Barrancabermeja, la séptima realizada por los trabajadores petroleros, desde que se constituyeron como Unión Sindical Obrera. Esto nos dijo: En Barranca también fue brutal la represión, hubo muertos, heridos, detenidos y judicializados; los obreros exigían que los pozos petrole- ros a los que se les vencían los contratos de concesión pasaran a ma- nos de Ecopetrol y no de las empresas extranjeras; a la vez nosotros los campesinos reclamábamos que las Empresas nos reconocieran los daños y perjuicios causados por la explotación petrolera. Cuando el Ejercito tendió un cerco contra los trabajadores, cerrando el Comisariato que los aprovisionaba los bloqueó por hambre, enton- ces nosotros desde nuestras fincas les llevamos carne, queso, huevos, plátano y yuca; con esto resistieron y vencieron, y de paso nosotros también conseguimos que nos escucharan. Ahora, dijo Andrés, el pueblo sigue movilizándose, como ocurre hoy con los movimientos sindical y estudiantil, y nosotros como Ejérci- to de Liberación Nacional estaremos Siempre Junto al Pueblo como movimiento insurgente. Hoy, el nuevo despertar del continente nos recuerda que los pueblos decididos a ir hasta el final, labran en sus luchas y sacrificio su pro- pio destino y futuro. MEMORIA COLECTIVA 43