Utilizando la crisis sanitaria producida por la pandemia, el estado
aprovechó que la mirada de los colombianos está puesta en cómo salvar
su vida, en medio de la profundización de una hambruna generalizada
por el abandono estatal y dependiendo de un sistema de salud
privatizado y en permanente crisis. El gobierno del presidente Duque
lanza una ofensiva sobre el territorio de la cuenca del río Micay, desde
el día 20 de febrero de 2020, en esta ocasión utiliza la FUDRA-4
del Ejército oficial, para que proteja la punta de lanza de la operación
conformada por las bandas de paramilitares autodenominadas Carlos
Patiño, Dagoberto Ramos, Jaime Martínez, conformadas principalmente
por exguerrilleros de las desmovilizadas FARC.
Mediante el terror que genera el asesinato de pobladores y sus líderes,
desplaza a gran parte de las comunidades organizadas y repliega
a la insurgencia que por décadas ha protegido los intereses de las
gentes de estos territorios. Con el campo despejado de resistencia
y ante la mirada indiferente de los medios que desinforman y tapan
esta matanza indiscriminada, hasta la fecha las bandas han asesinado
a más de 15 líderes y treinta pobladores, ahora las bandas residen
en los caseríos, mientras alrededor el ejército gubernamental les
brinda protección y les deja asesinar a todo el que se resiste a perder
su territorio, profundizando una crisis humanitaria que amenaza con
acabar con la vida de las organizaciones sociales y todo el patrimonio
construido por el esfuerzo colectivo de las comunidades
De esta barbarie lo único que sale público es la campaña de desinformación
orquestada por el gobierno, que a cada rato muestra a guerrilleros
rendidos en combate como desmovilizados, a los cuales se han
visto obligados a dejar en libertad, pues no les cuajó el engaño, pero
públicamente de esto último no se dice nada. Por otro lado los golpes
que la insurgencia le causa a las bandas, los muestran como positivos
del ejército gubernamental, tapando con esto la ya inocultable
alianza que existe entre el ejército y las bandas de paramilitares que
continúan masacrando a los pobladores y líderes de la cuenca del río
Micay.
Se ha convertido en mentira recurrente del régimen y vociferada
por los medios, la noticia de la desmovilización permanente de integrantes
del Frente guerrillero José María Becerra del ELN, para
esto recurren a pasar como desmovilizados, a compañeras afectivas,
DEBATES del CONFLICTO 37