Revista Insurrección 734 | Page 27

E n la actualidad Latinoamérica y el Caribe cuentan con 610 mi- llones de habitantes, de los cuales el 85 por ciento dependen de mezquinos Sistemas de Salud Pública, 85 millones están en la pobreza y 67,4 millones adicionales en la miseria; en este con- texto se hacen más que predecibles los estragos económicos y sociales que ocasionara el COVID-19 [1]. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (Cepal) advirtió que la crisis del COVID-19 pasará a la historia como una de las peores vi- vidas por la humanidad; al finalizar la fase crítica de la Pandemia e iniciar su fase de declive, el desempleo en América del Sur aumentará en un 10 por ciento y la cifra de pobreza llegaría a 220 millones, y la de miseria a 90 millones [2]. Colombia se endeuda para que la Banca y las Multinacionales no asuman la crisis Actualmente el Fondo Monetario Internacional (FMI) estudia una solici- tud de Colombia para acceder a una línea de crédito por 11.000 millones de dólares, para atender la crisis social y económica que está generando la Pandemia del COVID-19. El Ministro de Hacienda afirmó que “alrededor de 3 millones de hogares colombianos que no hacen parte de los Programas de transferencias mo- netarias del Estado y se encuentran en situación de pobreza, se verán beneficiados con un subsidio de 160.000 pesos por familia, que será entre- gado por transferencia bancaria” [3]. El programa de subsidios planteado por el Gobierno tiene 2 problemas trascendentales; en primer lugar, el monto adjudicado no alcanza a cubrir ni siquiera los gastos básicos; en segundo lugar, el 73,3 por ciento de los colombianos no se encuentra bancarizado [4]; además, casi la totalidad de la población cubierta con el subsidio hace sus transacciones en efectivo y en negocios no bancarizados. La ayuda ofrecida a las Pymes sólo beneficia a los bancos Las Medianas, Pequeñas y Microempresas (Pymes) aportan el 35 por ciento del Producto Interno Bruto (PIB), representan el 80 por ciento de la DEBATES del CONFLICTO 27