Revista Indie Locus. Número 1. Nov-Dic Revista Indie Locus 1. Oct-Nov 2015 | Page 71
Me considero conocedor de muchas cosas y
experto en casi nada, los que mejor me conocen
piensan que a veces puedo parecer cabezota y
que me creo mejor de lo que soy, pero soy
mucho más humilde y autocrítico de lo que
puedo parecer, a veces peco de hecho de cierto
pesimismo. No soy periodista y tengo varios
amigos que sí lo son y muchas veces se meten
conmigo, con mi forma de escribir, para ellos
soy “el terrorista sintáctico”. Ya sabéis lo que
dicen, no hay mayores críticos y más sinceros
que aquellos que te quieren y tienen confianza
contigo.
Hay muchos redactores, sobre todo en internet,
que no son periodistas de profesión y ese es un
gran dilema, que no un problema. No se si
algún lector de este artículo es también redactor
y comparte mi opinión, pero creo que los que
no somos profesionales intentamos estar a la
altura de los que sí lo son, voluntaria o
involuntariamente nos comparamos,
procuramos ser veraces, documentarnos y
escribir bien. Es una “lucha” en la que a veces
podemos obtener sorprendentes victorias, pero
en la que seguramente también habrá sonoras
derrotas. Eso a mí al menos me somete a una
presión creciente. Tengo un gran miedo al
fracaso, sobre todo cuando escribo artículos
como el que dediqué a las primeras jornadas de
videojuegos y medios de comunicación, a
ciencia cierta sabía que lo iban a leer algunos
de los periodistas más importantes del sector y
tenía auténtico pánico al “qué dirán”.
Los que compartimos una creación propia en
público siempre estamos sometidos al “qué
dirán”, es algo que obviamente va a estar ahí,
ya que difundimos algo destinado a la gente y
no necesariamente ellos van a estar de acuerdo
o receptivos con nosotros. Ese peligro está muy
presente en internet, donde el anonimato que
ofrece la red anima a muchos a ser realmente
crueles. Debemos identificar entre el trigo y la
paja, entendiendo las buenas críticas e
ignorando aquellas que tan solo pretendan ser
hirientes o que sean fruto de la envidia, el odio
o vete a saber qué oscura razón. Si queremos
ser mejores debemos escuchar a los que nos
aconsejan, aunque no quiere decir que
tengamos que estar siempre de acuerdo con su
crítica. Toda opinión tiene algo de subjetivo y
algo de verdad.
Creo que mis artículos no son malos, que toco
temas interesantes, pero a veces, más de las
que me gustaría reconocer, he cometido errores
de escritura en mis artículos, se me ha criticado
más de una vez por ello y muchas veces ha
sido cierto. Desconozco si es que soy torpe, si es
que se me amontonan las ideas en la cabeza y
a veces las lanzo de modo caótico o
simplemente no sé escribir. Esto último sería
bastante triste después de tantos años. Sí creo
que a veces la presión y la autoexigencia que
me impongo a mí mismo me lleva a cometer
errores. Ciertamente me gustan las críticas, sean
buenas o malas, porque entiendo que me
ayudan a mejorar, pero no siempre me sienta
bien. Me deprime ver cómo el esfuerzo que le
pongo a cada artículo no siempre se ve
recompensado y eso es duro, es la no siempre
sencilla vida del redactor no profesional de una
revista pequeña, como es el caso de Indie
Locus.
Existen males en medios como el nuestro,
medios pequeños, hechos por amor al arte, sin