Revista Impacto Edicion 49 Dic. 2016 Revista Impacto Edicion Diciembre 2016 49# | Page 36

Perdo

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1. Hay dos tipos de perdón

El perdón decisorio es la voluntad sincera de cambiar tu manera de comportarte con la persona que te ha hecho un agravio, aunque es posible que sigas sintiendo rechazo hacia ella.
Por otro lado, el perdón emocional es un cambio genuino en tus sentimientos hacia la persona que te ofendió: el resentimiento cede su lugar a emociones positivas como la empatía, la simpatía, la compasión e incluso el afecto.

2. Los niños pequeños perdonan

con facilidad
En un estudio, los niños de 7 y 8 años de edad, a diferencia de los de 10 y 11, no necesitaban oír disculpas para perdonar; tendían a considerar igualmente valiosos a los ofensores que se disculpaban que a los que no lo hacían.

3. El rencor pesa, literalmente centímetros en promedio), mientras que los rencorosos promediaron 22 centímetros, una diferencia enorme y una demostración asombrosa de que el perdón aligera el ánimo.

4. No hubo bibliografía científica

referente al perdón sino hasta 1989
Al decir de algunos investigadores, sin embargo, en la actualidad un mayor número de personajes públicos pide perdón porque nos hemos vuelto más conscientes de la importancia de la reconciliación.

5. Los gatos no perdonan

Entre algunos primates como los bonobos, los chimpancés y los gorilas de montaña, las peleas suelen ir seguidas de expresiones de cariño como abrazos y besos. Se han observado comportamientos parecidos
en animales que no son primates, como cabras y hienas; la única especie que hasta ahora no ha dado señales externas de reconciliación es el gato doméstico.

6. No existe ninguna ofensa que

sea imperdonable
“ No sé de ninguna injusticia en el mundo que al menos una de las personas agraviadas no les haya perdonado a quienes la cometieron”, dice Robert Enright, psicólogo precursor del estudio del perdón.

7. Pero, eso sí, cuídate de la traición

Según un estudio realizado en 2010, la ofensa que menos se perdona es la traición; es más fácil olvidarse de la infidelidad, las mentiras, las promesas incumplidas y los secretos no guardados.
En un estudio de la Universidad Erasmo, en Holanda, los autores pidieron a los participantes que escribieran sobre alguna ocasión en que hubieran perdonado o negado el perdón, y luego los hicieron saltar cinco veces lo más alto que pudieran sin doblar las rodillas. Los indulgentes saltaron más alto( 30