Revista Huracán - Edición número 14 Revista Huracán - Edición 14 | Page 11
Fútbol Profesional | Por Nicolás Roncoroni
Fernando Pellegrino terminó un día más de entrena-
miento en La Quemita. La lluvia fue la protagonista de
la jornada, que exigió un desgaste extra por su parte.
En la vuelta a casa, después de pasar un buen tiempo
con sus hijos, el arquero baja la guitarra de una de las
paredes de su hogar y despeja su cabeza con una pa-
sión que lo acompaña hace largo rato.
“Me metí en el rock en la etapa de mayor rebeldía. Mi
hermano Eduardo armó una banda y yo lo veía… No
sabía tocar nada, pero quería estar. Por eso, compré la
guitarra y a los 15 años empecé”, rememora el nacido
un 31 de marzo de 1986.
¿Cuál es tu especialidad? ¿Tocás más de un instrumento?
Guitarra, sin lugar a dudas. Todo lo otro lo puedo usar.
Si me dan un bajo, sigo una línea. En el piano, apenas,
pero me sirve para hacer arreglos en los sonidos.
¿Qué recordás de tus inicios? ¿Integraste alguna banda?
Estudié dos años en el conservatorio, aprendí mucho
en esa época. Al tiempo, me uní a la banda de mi her-
mano, que se llamaba Simpática Melancolía. Estuve en
tres shows. Si bien éramos un grupo casi de barrio, no
es fácil hacerlo. Es más, todavía me cuesta un poco
tocar en público. No logré pasar esa barrera.
Con el paso de los años, el fútbol profesional exigió que
relegues gran parte de tu tiempo a la profesión. ¿Cómo
seguiste alimentando esta pasión por la música?
Me dediqué a estudiar en los distintos lugares donde
estuve. Ahí vas encontrando diferentes caminos para
llegar a otros sonidos. Lo hice en Junín y, hace un tiem-
po, volví a hacerlo en Capital. Después, practiqué mu-
cho en soledad.
¿Observar a otros guitarristas forma parte del en-
trenamiento?
Por supuesto. Hay muchos estilos distintos, como ocurre
con los arqueros. Están los que tocan veloces, por ejem-
plo, o lo que usan pocas notas y lo hacen muy bien como
David Gilour, el guitarrista de Pink Floyd. No lo vas a ver
tocar a gran velocidad, pero es uno de los mejores. Den-
tro de eso, intento robarle un poco a cada uno, ja.
¿Solés componer canciones en tus ratos libres?
Ahora estamos grabando con Eduardo unos temas ais-
lados para salir de nuevo. Son canciones que hicimos
juntos. Él me manda letras y yo las acomodo a algunas
armonías que tengo. Hay otras que son mías, depen-
de como esté la inspiración de cada uno. Hacemos un
estilo de rock que nos gusta. Es lo que tocábamos en
Simpática Melancolía.
A principios de los 90´, en pleno auge del Mundial de
Italia, el padre de Fernando fue a comprar un par de
camisetas de la Selección para sus hijos. Una era la de
Sergio Goycochea y la otra la 9 de Gabriel Batistuta. El
destino hizo que el buzo de arquero caiga en sus ma-
nos, hecho que fue un antes y un después en su vida.
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