concepto y tema principal del presente texto: la locura. En términos etimológicos, la
locura es el comportamiento hacia el cual uno evade o rechaza las normas sociales
establecidas. Alguien era loco cuando carecía del sentido común, del comportamiento
normal y de la capacidad de razonar, lo que lo llevaba a actuar de forma extraña y en
ocasiones destructiva. A pesar de lo anteriormente mencionado, es complicado definir
una noción como esta ya que ha tenido muchos cambios de concepción y definición a
lo largo de la historia. Se relacionaba constantemente y aun se relaciona con presencias
diabólicas o demoniacas en la persona, que las hacía actuar de forma violenta y por
ende eran peligrosas. También ha sido tratada como una enfermedad mental. Hoy en
día es sinónimo de esquizofrenia, y hubo épocas en las que se relacionaba con otras
enfermedades, hasta el punto en que también categorizaron a los leprosos como locos.
Platón y Aristóteles veían la locura como la falta de razón en un individuo, pero a
cambio de eso, prevalecía y dominaban las pasiones sobre él, de tal forma que el hombre
trascendía y llegaba a la libertad de su alma y sus emociones.
Es por esto por lo que la locura no tiene una sola definición y tampoco puede ser
categorizada como algo malo. Incluso hoy en día es un recurso literario. Foucault (1963)
dice en su ensayo «La literatura y la locura»: «[…] hay literaturas sin amor, sin trabajo, sin
miseria, algunas incluso sin guerra, pero no hay ninguna sin locura y muerte. Como si la
literatura estuviera vinculada, en general, a lo que constituye la locura y la muerte» (p. 94).
Con eso en mente, podemos continuar con la obra de Nikolai Gógol para luego retomar este
concepto y relacionar ambos.
En el primer cuento se nos presenta un personaje principal llamado Akaki Akákievich.
Este es un funcionario que trabaja de copista y se dedica solo y únicamente a su trabajo,
además, tiene una actitud un poco distante casi que asocial, lo que le traía problemas
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