Revista Foro Ecuménico Social Número 8. 2011 | Page 92
Responsabilidad Social y Ciudadana
Uno, desde la innovación, que no es inventarse cada día una cosa nueva, sino
que es ponerse en cuestión todos los
días. Ortega y Gasset le llamó la atención a los argentinos, con la frase “Argentina a las cosas”. Decía que hay que
ponerse en cuestión todos los días, que
significa preguntarse cada día qué puedo hacer para mejorar mi vida personal
y mi vida profesional, y para ayudar a los
demás.
Estamos en un mundo donde se impone la solidaridad, y eso deberíamos
hacerlo desde otro instrumento maravilloso que es la educación. Insisto, creo
que sólo desde la educación, solo desde
la cultura, los hombres y las mujeres nos
hacemos más hombres, más mujeres,
más sabios, más demócratas, más libres,
y seguramente también un poco mejores. Pero muchas veces, se olvida que la
educación no es solo capacitación o formación; educa toda la tribu. En ese maravilloso libro, que se llama “Antes del
fin”, de Sábato, él cuenta lo que le dijo
Léopold Sédar Senghor, que fue presidente de Senegal, miembro de la Academia Francesa, autor del término “negritud”, y Léopold Sédar Senghor le decía
a Sábato: “Cuando en Africa en una aldea los chicos y las chicas, lo que hacen
es formarse en la rodilla de su abuelo,
mientras sus padres se van a la caza, o a
conseguir algún trabajo y las madres pululan entre los cacharros y hacen la comida. Sus abuelos les enseñan las cosas fundamentales de la vida, es decir, el
amor y la muerte, y la alegría. Y cuando a nosotros se nos muere alguno de
esos ancianos, es como si a ustedes los
occidentales se les quemase una biblioteca de tres mil volúmenes”. Porque probablemente la sabiduría está en el fondo
del ser humano, y en algo que también
hemos empezado a despreciar, como
son los mayores.
Destrucción creadora y metamorfosis necesaria. La mariposa no es más
que una metamorfosis natural y ordenada. El gu sano se convierte en capullo, y
el capullo deviene en mariposa. El mundo y las crisis nos han demostrado que
es necesario que empecemos a ver las
cosas desde otra perspectiva, que empecemos a gestionar la empresa con otras
características, que nos demos cuenta de
que el mundo no se acaba en nuestro
ombligo, sino que es posible, es deseable, es mejor construir un mundo mejor,
seguramente también entre todos.
Por eso, tendríamos que buscar a la
responsabilidad social, lo decía Adela
Cortina, como una herramienta de gestión. No estamos hablando de marketing social, estamos hablando de otra
cosa, de una forma nueva de fabricar el
futuro. Estamos hablando de una medida de prudencia porque afecta fundamentalmente al conjunto de la organización, de arriba a abajo, de abajo a
arriba. Esto no es posible instaurarlo
porque al presidente se le ocurre, tiene
que bajar como mancha de aceite, llenar toda la organización, y que toda la
organización participe de esta maravilla
que puede ser una nueva forma de hacer las cosas, pensando en la sostenibilidad y en el futuro. Es una exigencia de
justicia. Estamos hablando de comportamiento ético, de cómo los humanos
tienen que ser capaces de relacionarse
entre ellos.
Así que “beguin the beguine”, esto
es volver a empezar, a partir de cinco
o de seis conceptos. “Beguin
the beguine” era una
canción que cantaba
Cole Porter. A los que
nos dedicamos a los temas de responsabilidad social,
parece como si ya estuviera todo
hecho. Y resulta que tan solo hemos ini-
Estamos en un mundo
donde se impone
la solidaridad,
y eso deberíamos
hacerlo desde otro
instrumento
maravilloso que es
la educación.
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