Revista Foro Ecuménico Social Número 8. 2011 | Page 106
Responsabilidad Social y Ciudadana
los cambios edilicios y con el salto tecnológico que se plantearon para sustentar el avance hacia la excelencia de la administración tributaria y hacia la calidad
de la atención al público. Como dijo Peter Senge en Buenos Aires en 2011, el
crecimiento tiene que estar acompañado de autofortalecimiento de las personas, para que los procesos de cambio generen energía en lugar de consumirla, y
sean exitosos.
El programa tiene como objetivos
fundamentales la puesta en práctica de
una propuesta integradora y abarcadora,
tendiente a mejorar la salud de los empleados, generando un ambiente laboral
más sano, agradable y motivador.
En ese sentido, propone actividades
vespertinas diarias de reiki, pilates, yoga,
teatro, gimnasia energética, chi kun, clases de tango y baile latino, con una asistencia de 150 agentes a las clases, más
otros tantos en los talleres de nutrición,
que se hacen dos veces por semana, y las
actividades para ayudar a quienes desean
dejar de fumar.
La actividad de cada empleado en su
lugar de trabajo pronto integró a las familias en los fines de semana. Una mañana de sábado de junio, a pleno sol, celebró la llegada de la primera jornada
al aire libre del programa en el Rosedal
de Palermo, adonde 300 empleados pudieron disfrutar junto a hijos y amigos
de un día de pura actividad física, diversión y, especialmente, conocimiento entre personas que -a pesar de trabajar todos los días en el mismo edificio- no se
conocían.
Somos conscientes de que somos
parte de un engranaje de relaciones y
vínculos. Este programa en AGIP es
factible y exitoso porque convive con
políticas responsables de Recursos Humanos, a nivel de todo el Gobierno de la
Ciudad. Por ejemplo, con el fin de la pre-
carización del empleo público estigmatizado en los contratos “basura”, y que
culminó con el pase a planta de 17.000
contratados. Más la capacitación y profesionalización de los recursos, nuevamente con una mirada integradora y enfocada en la superación personal: desde
cursos técnicos en posgrados universitarios, hasta la oportunidad de terminar el secundario. Más el desarrollo específico de las capacidades de liderazgo,
algo bastante olvidado en la administración pública. Más el reconocimiento a la
trayectoria: después de varios años, en
Rentas se entregaron medallas a los años
de servicio; más de 400 los agentes con
más de 25 años en la planta de la Ciudad, recibieron su medalla y su diploma,
en un acto donde la emoción fue la nota
permanente.
De esta dinámica virtuosa pronto nacieron el compromiso y las iniciativas propias. Sugerencias o reformas
que durante años durmieron en un cajón, sobre todo en materia de atención
al público, fueron evaluadas, aprobadas
y puestas rápidamente en acción, con la
consecuente satisfacción de quienes las
presentaron y también del principal beneficiario: el vecino.
Entre estas acciones autogeneradas,
lógicamente, estuvo el voluntariado. Primero tímidamente, como iniciativa de
grupos que ya venían trabajando en la
promoción y distribución de donaciones. Luego se sumaron personas e ideas,
que tomaron cuerpo en el Programa de
Compromiso Social Institucional de la
AGIP. Casi naturalmente, sin
preverlo, vino a contribuir el deporte,
verdadero agente dinamizador y creador de
vínculos entre las personas.
Así comenzaron las Jornadas
Deportivas, Recreativas y Solidarias, de
Sugerencias o
reformas que
durante años
durmieron en
un cajón, sobre todo
en materia
de atención
al público, fueron
evaluadas, aprobadas
y puestas rápidamente
en acción.
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