Revista Foro Ecuménico Social Número 8. 2011 | Page 15
Reconciliación y religión
Carlos A. Duarte
Un camino a favor de la vida:
religiones por la reconciliación
Pastor Presidente de la Iglesia Evangélica del Río de la Plata.
Miembro del Comité Central del Consejo Mundial de Iglesias. Licenciado en Teología
Un
detalle en apariencia ínfimo.
Ambas palabras comienzan con el
prefijo ‘re’ que indica volver. Religión:
volver a ligar, atar. Reconciliación: volver a conciliar, amigar. Es decir, ambas
palabras presuponen un hecho previo
que implica la necesidad o el llamado
a volver.
Quienes se han separado de su propio
ser, de su identidad más profunda como
seres culturales y sociales, son invitados
a ‘ligarse’ nuevamente con aquello más
profundo y auténtico de su ser. Se los invita a ser re-ligiosos. Entonces, la religión
es la forma cultural, espacial y temporal
en que el ser humano expresa su vínculo
con lo divino, con lo trascendente.
Quienes se han separado de su prójimo, de su hermano/a, de sus congéneres, ya sea a través de la violencia física,
moral o espiritual, son invitados a re–
conciliarse. Entonces, la reconciliación
es un camino de regreso desde la violencia –en cualquier forma– hacia la paz y
la justa compensación del daño ocasionado. Así como hay elementos objetivos
que abonan la necesidad de reconciliación, esta debe construirse a través de
pasos verificables.
La decisión de ser religioso es personal e intima. La decisión de reconciliarse
es un camino con pasos y etapas de índole social, política y hasta económica.
Por lo anterior no siempre religión y r econciliación han caminado de
la mano. En ocasiones la religión se ha
vuelto una opción personal tan radical
e intransigente que termina en fanatismo, el cual condena toda diferencia, excomulga a los demás por los mismos pecados que se creen virtudes cuando son
actos propios.
Ha sido muy frecuente en la historia
de occidente que se confundiera religión
con civilización, cultura o nación. Aún
sin caer en el extremo del fanatismo, esta
identificación hizo que el ‘otro’ no fuera reconocido en su fundamento último,
que es la presencia de lo trascendente o
‘totalmente Otro’, al decir de Levinas.
Religión y reconciliación serán inseparables solo cuando la primera
aprenda sobre las limitaciones de su propia condición. Lo trascendente puede irrumpir
en la existencia
humana, atándola
nuevamente (religándola) a través
de múltiples formas y expresiones
limitadas en el tiempo y
el espacio, limitadas por
la cultura que expresan. Lo
trascendente, lo Absoluta-
No siempre religión y
reconciliación han
caminado de la mano.
En ocasiones
la religión se ha vuelto
una opción personal
tan radical
e intransigente que
termina en fanatismo.
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