Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 88
Responsabilidad Empresaria
Luis Bameule
Crisis de los alimentos 1
La solución es aumentar la producción
Vicepresidente de Quickfood / Marfrig Group
Surge un tercer
momento para
los precios
de los alimentos,
aquello para lo que el
país siempre tuvo la
aptitud natural
mayor y la capacidad
de agregar
valor significativo.
106• FORO
Tengo muchos años en el negocio
de los alimentos. Cuando estudiaba en
la universidad se hablaba del deterioro
del los términos del intercambio. La teoría de que cada vez serían necesarias más
bolsas de trigo para pagar un tractor
o una herramienta. De tal forma el
destino de países que eran fundamentalmente productores de alimentos o
de materias primas, como se los
identificaba en aquel momento, se
complicaba.
En los últimos 100 años hubo
un par de momentos en los cuales
los alimentos en el mundo subieron
de precio. A fines de siglo 19 y principios del 20 hubo un momento, una
oportunidad. Argentina en ese fin de siglo aprovechó el momento inicial como
el granero del mundo, y llegó a ser en esa
época la décima o undécima economía
del mundo.
Después ocurrieron crisis, las recesiones, la crisis de los años 30, las guerras. Hubo una segunda oportunidad
para Argentina después de la segunda Guerra Mundial, otra levantada de
precios de alimentos. La Argentina no
aprovechó ese momento, lo desperdició.
La historia demuestra que la Argentina
fue perdiendo posiciones relativas frente al mundo. En los últimos años surge
un tercer momento para los precios de
los alimentos, aquello para lo que el país
siempre tuvo la aptitud natural mayor, y
además una capacidad de agregar valor
significativo importante.
Se han sumado varios vientos a favor
que han ayudado a esta suba de valores.
Una primera tiene que ver con el crecimiento de los llamados países emergentes, básicamente China, India y Brasil,
países que han incorporado millones y
millones de personas a los consumos de
alimentos, no solo en cantidad sino también en calidad.
Que haya más gente accediendo a los
consumos en cantidad y calidad de alimentos es una buena noticia. Otra buena
noticia para los productores de alimentos es que al subir fuertemente el precio del petróleo en los últimos años apareció la alternativa del biocombustible
y la posibilidad de usar granos, cereales
y oleaginosas como base para producir
combustibles. Obviamente eso también
empuja el valor de los alimentos o de las
materias primas.
En tiempos de precios bajos me ha
tocado incluso ir a golpear las puertas de
los países centrales buscando que nuestros productos pudieran acceder a esos
mercados porque las fronteras del mundo desarrollado, la UE, EEUU, Japón,
etc, estaban y todavía en algunos casos
están muy cerradas al ingreso de nuestros productos, y eso deprimía el valor
de nuestra producción. Una justificación