Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 62

Desarrollo y Diálogo Eduardo Serantes “De habitantes a ciudadanos” Presidente de la Comisión Nacional de Justicia y Paz de la Conferencia Episcopal Argentina, director de Cazenave & Asociados Voy a compartir con ustedes lo que La Argentina nos exige una respuesta individual, comunitaria, institucional: ser hombres y mujeres de esperanza. 80• FORO estamos haciendo con la dirigencia argentina en el Foro “De Habitantes a Ciudadanos”, partiendo de la crisis del 2001 para entender el espíritu de la Iglesia Católica al convocar a este nuevo espacio. Más que una crisis económica institucional fue consecuencia de una crisis moral, de valores y de principios, una continuación de las sucesivas crisis de las últimas décadas. Pero esta nos dejó una Argentina fragmentada, con exclusión social y desesperanzada. Fragmentada, porque es una Argentina donde cada uno de los sectores lucha por lo suyo sin escuchar al otro, sin entender, sin tener en cuenta el bien común, no se compromete con el futuro. Estamos e n la coyuntura y en el corto plazo. Dicen los obispos argentinos en el último documento: “cuando priman intereses particulares sobre el bien común o cuando el afán de dominio se impone por encima del diálogo y la justicia, se menoscaba la dignidad de las personas y crece la pobreza en sus diversas manifestaciones”. Los excluidos son aquellas personas, familias, que no solo carecen de bienes materiales básicos para vivir sino que han perdido bienes espirituales y sim- bólicos imprescindibles para su desarrollo como personas y para salir adelante. El Observatorio Social de la UCA dice: “han perdido un lugar en nuestra sociedad, no están abajo, en la periferia o sin poder, sino que están afuera”. Y los obispos latinoamericanos dicen: “No son solamente explotados, sino también sobrantes y desechados”. Me refiero a los miles de jóvenes de las grandes ciudades, a los chicos de la calle, de nuestro país que no trabajan ni estudian, pero les interesa trabajar y estudiar. También a los casos de desnutrición de los diarios, a los hombres y mujeres que duermen en las calles, los viejos sin ingresos ni amparo, los esclavizados por la droga, las familias sin techo. El número de excluidos es grande, ha crecido y esto no se soluciona con el simple crecimiento de la economía. Lo hemos visto claramente en la década de los noventa. Sin embargo Argentina fue un país de una gran clase media y esto lo hemos perdido frente a las sucesivas crisis. Por eso hoy no solo tenemos una deuda externa, sino que tenemos una deuda social. ¿Qué hacer frente a esta situación? Primero, hacer las cosas bien, en mi trabajo, familia, comunidad. Es decir, hacer las cosas correctamente, trabajar, producir, pagar los impuestos, educar a nuestros hijos en valores y ser buenos