Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 107
Responsabilidad Empresaria
verdad es que llegaban vacías, porque la
mitad de la gente no entendía de qué le
hablábamos.
Finalmente logramos dar exactamente en el punto justo que fue: qué
era lo que ellos esperaban de este proceso formación. Fue un proceso de crecimiento y de conocimiento mutuo que
está año a año en constante mutación y
crecimiento.
Hicimos también con ellos la sistematización de proyectos, las lecciones
aprendidas de todos y cada uno de los
proyectos que implementamos a lo largo
de estos años: desde lecto escritura, salud, micro emprendimientos, etc. Armamos guías de sistematización que buscan
ser una especie de “receta social”, donde contamos en qué nos fue bien y en
qué nos fue mal, para que aquellos que
quieran sumarse a este tipo de procesos
participativos eviten cometer los mismos errores que nosotros al comienzo.
En base a todo este trabajo conjunto se
fue dando el armado de la red. Y esos
proyectos que aprobábamos al inicio,
que nosotros considerábamos de categoría individual porque solamente beneficiaban a la población de esa organización específica, fue tornándose en una
red que también a la empresa le implicó
un desembolso mayor no solo de recursos económicos sino también de seguimiento operativo. Hay resultados cualitativos que llenan el alma, pero si no los
cuantificamos es muy difícil a veces también mostrarlos y generar más compromiso a futuro.
Cada año se aprueban entre 10 y 15
proyectos; varía según la canti dad de
propuestas que vamos recibiendo y las
bases que se diseñan con la comunidad
al finalizar cada edición de Creando Vínculos. Es un proceso bastante complejo.
Lo cierto es que más allá de lo que
la compañía ha invertido en dinero y en
recursos humanos, lo que uno mueve y
genera dentro de la comunidad es impresionante.
Hemos ejecutado 102 proyectos. Se
puede apreciar que más allá del aporte
en la puesta en marcha que hizo la compañía muchos proyectos movilizan hasta
el doble de recursos solicitados gracias
a los aportes propios y contrapartidas
que generan. Además lo más gratificante de esta metodología de trabajo es que
no solo son sostenibles los proyectos
sino que suman capacidades y fortalezas
a la red local que se fue gestando desde el 2003; Shell en algunos proyectos
acompañó un poquito más que solo en
la puesta en marcha, porque sería idílico
pensar que en un año todos los proyectos pueden lograr resultados. Estamos
hablando de proyectos comunitarios y
para poderlos medir con cierto impacto concreto debemos esperar 3 o 4 años.
Pero de estos proyectos, más del 85% sigue en marcha. Una asociación que nosotros apoyamos hace 2 años recibió un
apoyo del gobierno de la provincia para
continuar. Sigue vivo y logran aportes
de otras instituciones.
Es decir, empezamos a ver frutos
en todos estos pequeños emprendimientos de organizaciones de base, de las que
muchas no tenían ni siquiera personería jurídica ni cuenta, porque no es requisito
para Creando Vínculos participar con
ellas. Ver desde la
génesis el desarrollo de los proyectos y la formalización de muchas de
las organizaciones es
no solo un desafío a la
labor como facilitador en
No solo son
sostenibles
los proyectos sino que
suman capacidades
y fortalezas a la red
local que se fue
gestando desde
el 2003.
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