Revista Foro Ecuménico Social Número 6. 2009 | Page 114
Responsabilidad Empresaria
Silvia Fajre
Cultura y Responsabilidad
Social Empresaria
Ex ministra de Cultura del Gobierno de la Ciudad de Buenos Aires.
Integrante del Comité de Selección del Museo Nacional de Bellas Artes
Cuando una
empresa auspicia o
promueve ciertos
valores culturales,
está incidiendo,
directa o
indirectamente, en
los individuos
a los que
se transmiten
esos valores.
132• FORO
La Responsabilidad Social Empresaria evolucionó en sus contenidos en
los últimos años: no es caridad, no es
filantropía. La Responsabilidad Social
Empresaria (RSE) es un nuevo paradigma, que contiene esos conceptos
y esas acciones pero va más allá, exigiendo a la actividad empresaria un
comportamiento responsable y de
interacción con la sociedad.
Esta conducta, sin embargo, no
es uniforme ni homogénea. Hay un
modelo más conservador que mantiene modalidades más vinculadas a
estrategias parciales, producto de iniciativas jerárquicas en las empresas, más ligadas con la filantropía o con acciones
compensatorias de las empresas (por
ejemplo, acciones sobre el medio ambiente).
Un modelo diferente de RSE, más
actual, responde a una actitud global de
compañías que aplican esta estrategia
que tiene efectos positivos en la sociedad y, a su vez, reciben beneficios simbólicos por las acciones que realizan.
Esto implica un destacado esfuerzo de
compatibilizar acciones y lógicas con el
fin de trazar lineamientos que comprendan políticas a mediano y largo plazo.
Estos dos modelos claramente conviven y se modifican según el contexto
donde se desarrollan y es de esperar que
la evolución de las mismas acompañe la
tendencia mundial del nuevo paradigma,
pues implica un mayor compromiso.
Más allá de las modalidades de RSE,
queda claro que las empresas tendrán
que modificar su visión de constituirse
en sistemas organizacionales exclusivamente ligados a la producción de ganancias, porque corren el riesgo, tal como se
dice, de asistir a su propio entierro. Lucas E. Stuard, multimillonario y gestor
de patrimonios de Estados Unidos, en
una reciente entrevista del diario el País,
dijo: “No todo vale para ganar dinero”.
Y como si se tratase de una letanía, le recuerda a sus clientes la ventaja de la inversión ética y sostenible: “La riqueza
sin valores es sólo dinero”.
Ya no hay duda de que existe una
conciencia de que el crecimiento económico debe estar necesariamente acompañado por el desarrollo humano.
Desde ese concepto, las empresas
deben desarrollar un compromiso con
la comunidad, pues cuando una empresa auspicia o promueve ciertos valores
culturales, está incidiendo, directa o indirectamente, en los individuos a los que
se transmiten esos valores. Este compromiso, esta responsabilidad de las empresas para con la sociedad se ve acentuada en los últimos años debido a dos
elementos fundamentales.