RevistaFarolDeArteYLiteratura
A los entusiastas:
Ya necesidad, ya destino o reflujo biliar; escribimos porque podemos, porque nos gusta, porque la vida no basta o, ¿qué no?, porque
queremos publicar. Tomamos el lápiz y el papel, o el lápiz y el papel
electrónico, o la tabla encerada y el estilete, y escribimos, qué sé yo:
“¡Ay, Floralba! Soñé que te... ¿dirélo?”
¿Por qué escribir y no decirlo, Francisco? Porque no es sencillo.
Puedes escribir por muchas razones. Por ejemplo, si estás enamorado,
podrías firmar cualquier cosa sin medir las consecuencias
“¡Y en medio de los dos
mi madre como un dios!”
Si te sientes azorado, garabateas un versado
“¿Quién desató las amarras
que te tenían sujeta?”
O acaso traduzcas en necesidad lo que tienes de ansiedad
“canto tu cuerpo que me duele en el sueño hasta el suicidio”
Acuse de recibido: “¿Para qué me das esto?” envuelto en papel
periódico... reaccionario.
Pero si quieres o, mejor, no puedes dejar de compartir esas palabras entintadas no queda más que publicar en la revista —en esta
revista— aquello que, aceptémoslo, te da tantísima pena decir.
Nosotros, los editores, los invitamos a colaborar en la creación,
lectura y promoción de esta revista, en cuyo primer número ya hemos incluido a los menos desidiosos. La invitación sigue abierta para
publicar, para corregir nuestros textos entre todos y dialogar con otros
escritores en sesiones de tallereo. Nada mejor que compartir con otros
cuyo mismo interés y deseo es el de participar en este mundo donde
la escritura y la lectura nos hacen “soñar la realidad”.
Atte. Farol
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