Revista EntreClases Nº 5. Enero 2020 | Page 45

Las almas buscan el cielo.

Tu alma y mi alma se miran fijamente,

enamoradas,

vivas,

preciosas,

se agarran de la mano y suben;

suben lentamente.

Entonces,

mi alma te mira a los ojos,

tus ojos son inmenso mar

donde navego,

donde me ahogo,

donde nos besamos.

Tus besos no me dan fuerzas,

me dan alas

y subimos más y más alto.

En aquel momento rozamos el cielo

y por última vez

recuerdo tus mileflua risas,

tus etéreos ojos,

tus limerentes miradas

y a ti mi verde serendipia.

Entonces ya no somos almas, no.

Somos recuerdos.

Nuestras almas

Adrián Granado, alumno de 2º Bachillerato.