Revista EntreClases Nº 5. Enero 2020 | Page 38

Algunos de vosotros podréis pensar: «pues se soluciona añadiendo al sorteo una letra más». Pues bien, el problema se mantiene, ya que en ese caso, si por ejemplo sale GO, Carlos Gómez seguiría prevaleciendo sobre Ángel, y seguiría habiendo una distribución no equitativa de las probabilidades.

Esto ocurre incluso no repitiéndose las letras de ningún apellido. Si nos ponemos en el caso de elegir dos letras, los casos posibles serían 729, 27 filas x 27 variaciones en cada una de ellas, de la forma:

AA, AB, AC… AZ,

BA, BB, BC… BZ,

YA, YB, YC… YZ,

ZA, ZB, ZC… ZZ.

Fijémonos en que Emilio seguiría resultando ganador en todos los casos a partir del caso AA, hasta el caso CA, y en todos aquellos a partir de la OR. Esto son 360/729 casos, o sea, 49,39%.

De nuevo casi la mitad de probabilidades.

Además, en algunos sorteos, esta desigualdad se lleva hasta el extremo más llamativo, ya que al sacar la primera letra, esta no se vuelve a introducir en nuestra «bolsa». Esto implica que si hay un apellido que empieza con LL, como Llanos, ni siquiera existirá un caso en el que resulte ganador.

¿Cómo podríamos hacer un sorteo justo?

La respuesta es sencilla: sorteando números.

Para ello asignamos un número a cada uno de los candidatos, para lo cual los podemos ordenar por apellidos, fecha de nacimiento, dni, etc.

Una vez asignado un número a cada uno de ellos tenemos varias formas de hacer el sorteo:

1º.-Extraer un número de forma aleatoria comprendido entre el 1 y el número total de candidatos empatados.

2º.-Si el problema es tener que realizar el sorteo sin conocer el número total de candidatos podemos extraer aleatoriamente, como en el sorteo de la once, un número de 5 cifras. Dicho número puede ser extraído en cualquier momento.