REVISTA ENFOQUE DEL CAFÉ EDICIÓN Enfoque del Café Edición 43 | Page 26

› IPW 2016 NEW ORLEANS › El Hostal Doña Elisa es el sitio escogido para vivir esta mag- nífica experiencia, es una cabaña nueva con menos de un año de construida, que brinda todas las comodidades básicas y la tranquilidad necesaria para disfrutar de este encantador pa- raje, su dueño es Giovany Ramírez, un joven de Medellín, quién debo contarles llegó un 31 diciembre a este lugar porque Bue- naventura y sus alrededores estaban llenos y siendo aún el 15 de enero no se quería devolver porque había encontrado el pa- raíso, el resto es historia. Entre tanto, Oralia y su cofradía, desde su pintoresca cocina adornada con los implementos típicos del pacifico el fogón de leña y sus encantadores olores. Sólo esperaba el momento in- dicado para deleitarnos con su sazón costeña y con su alegría extrema, esa que abunda en cada uno de los raizales, desde el más pequeño hasta el más viejo. Es fácil comprender porque Celia Cruz le cantaba a “las caras lindas de mi gente negra”, no sólo son sus rostros o sus enormes sonrisas, son el encuentro con nuestra ancestral cul- tura, con nuestras raíces y su simplicidad, es volver a lo básico y encontrarnos con lo natural, con la esencia. Al siguiente día y después de una merecida noche de des- canso al sonido de la selva y de los sonidos de la noche de luna llena, nos embarcamos nuevamente pero esta vez, hacia el in- terior de la selva y su flora nativa, recorriendo el complejo pero perfecto sistema de canales que tienen nuestros manglares, considerados como uno de los mejores del mundo. En este maravilloso recorrido hacia las piscinas naturales encontramos diversas especies de aves, cangrejos y diferentes moluscos entre las fuertes y frondosas raíces de los manglares, esto como antesala a lo que veríamos al llegar a las cascadas de agua dulce, que con su fuerza y su constancia han creado unas piscinas naturales, con más de tres metros de profundi- 26 | www.enfoquedelcafe.com dad, que permiten el descanso y el goce pleno del agua fresca y limpia que cae de la selva virgen. Pero el itinerario continúa después de la relajante sumer- gida. Treinta minutos después de navegar, la etnia indígena Vounan Nonam nos recibe a orillas del rio Bonguito, donde han establecido su resguardo, el cual alberga alrededor de 16 fa- milias que conviven bajo sus estrictas normas y jerarquías, el caserío cuenta con paneles solares y señal celular dotados por el gobierno, además de las condiciones básicas para su super- vivencia, aquí recomendamos llevar algo de dinero en efecti- vo ya que las mujeres de esta etnia son expertas artesanas y elaboran a partir de la iraca y la tinta natural finas piezas de colección, el mejor regalo, un objeto con historia. Su calidez y familiaridad nos sorprendieron dado la lejanía y sus precarias condiciones. “De regreso al hostal nos espera la cocina de Oralia con to- dos los frutos que el mar le ofrece para servirle a sus comensa- les, después de disfrutar de estos manjares, nos disponemos a ver el atardecer de mágicos colores y una puesta de sol que solo quien lo vive lo puede describir, es una oportunidad úni- ca para conectarte contigo mismo y con tu creador, en muy pocos lugares he podido hacer esto, y después, para terminar nuestro día, hacemos un recorrido en la noche por la inmensa playa que nos ha dejado el mar en su retirada, bajo la luz de la luna reflejándose en cada uno de los micro universos que deja, como queriéndonos mostrar su alma.” De regreso a casa sólo queda la sensación increíble de haber tenido un fin de semana espectacular, un tiempo que se mide, no en horas, sino en calidad de vida, que hermoso es nuestro país, que hermosa es nuestra gente, a Giovanni, a Do- lores, a Oralia, su esposo Claro, y a todos sus cómplices, mil y mil gracias por otra gran experiencia de vida.