Nanda Andrade:
Más venezolana que nunca
C
on 20 años de edad, María Fer-
nanda Andrade, a quien le gusta
que le llamen “Nanda”, es una joven
venezolana que vivía en la ciudad
anzoatiguense de Lechería, y que
desde hace casi cuatro años reside
en Lisboa, la capital de Portugal, una
ciudad que la recibió con los brazos
abiertos en “el peor momento de su
vida”, según sus palabras.
A diferencia de la mayoría de las per-
sonas que emigran, Andrade comen-
ta que la delincuencia no era lo que
más le preocupaba estando en Ve-
nezuela. “En ese momento era más
preocupante la escasez de alimentos
que la inseguridad, debido a que vi-
vía en Lechería, una ciudad más o
menos segura”, expresó.
Sin embargo, aclaró que su plan ini-
cial era estudiar inglés en el extran-
jero, pero luego de que Cadivi le re-
chazara la solicitud tuvo que tomar
una decisión inmediata puesto que
la aerolínea no quiso aceptar la devo-
lución del pasaje aéreo. “Por eso de-
cidí aventurarme a Portugal —país
en el que hacía escala su vuelo—, no
había presentado pruebas para nin-
guna universidad y no tenía mucho
que hacer en Venezuela”, destacó la
joven emigrante.
Considera que en parte no fue fácil
adaptarse, pero también piensa que
no fue tan difícil tampoco, ya que
entró en un curso de portugués y la
mayoría de sus amigos eran de otras
nacionalidades, lo que le brindó el
apoyo que necesitaba. “La parte más
difícil fue mi entrada a la universi-
dad, donde me encontré solo con
portugueses y me tocó ser la única
extranjera”, indicó.
“A pesar de tener apoyo de muchos
profesores y de mis compañeros,
creo que lo más imprescindible fue
tener confianza en mí misma y no
prestarle atención a la ridiculez de
algunas personas”, dijo con firmeza.
El vivir en Portugal lo califica como
sentimiento amor/odio. “Me siento
bien, siento que estoy en un lugar
donde puedes esforzarte y conseguir
frutos de eso, donde puedes soñar y
programarte”, afirmó. “Pero donde
no crecí, y donde no comparto mu-
cho la cultura”, continuó.
María Fernanda se considera más
nacionalista hoy en día que cuando
vivía en Venezuela, expresa que la
frase “nunca sabes lo que tienes has-
ta que lo pierdes” tiene para ella más
vigencia que nunca. “Llevo mis cos-
tumbres conmigo, con decir que ya
mis tres compañeras de casa saben
hacer arepas, probaron las empana-
das y son fan de las hallacas”, contó
entre risas.
Andrade también aseguró que mu-
darse “fue un giro de 360º” en su vida,
pues pasó de vivir con sus padres a
vivir sola en un lugar que no conocía,
en el cual además no hablaba el idio-
ma y donde si le pasaba algo solo se
tenía a sí misma, tal como ella narra.
Destacó que cada vez que conoce
una expresión novedosa, una perso-
na o una comida nueva, se da cuenta
de lo especial que son todas las cul-
turas y que realmente la suya, es a su
parecer “la mejor de todas”.
Finalmente, María Fernanda An-
drade quiso dejar en claro su mayor
aprendizaje a raíz de la experien-
cia que ha sido el haber emigra-
do. “Puedes ser feliz en cualquier
parte del mundo. No hay cosa más
importante que la confianza en
uno mismo, si realmente lo quie-
res lo vas a lograr”, concluyó. MR
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