Revista Elturf.com Edición 96 | Page 30

ENTREVISTA “El jinete lo corrió tal como si fuera con Play Station” Fotografía: RAFAEL REYES Texto: JUAN ANTONIO TORRES U na de las similitudes que encierra la victoria del abanderado del stud Doña Eliana es la capacidad tanto de Pedro Robles como de Jorge Andrés Inda para las pruebas de largo aliento. Mientras el jockey es ganador del Carlos Pellegrini, el joven trainer ya supo lo que es clasificar a un evento internacional gracias a Bronzo. Faltaba únicamente el corcel que les permitiera volver a un primer plano noticioso y eso lo lograron con el hijo de Mastercraftsman, otro de los potros que ha llegado al país a potenciar el elevage nacional, en un esfuerzo de los criadores que debemos destacar, previa gestión también de los distintos bróker que trabajan junto a ellos. La derrota de El Pícaro, en tanto, demostró que no existe aquello del caballo fijo y que verdaderamente las carreras hay que correrlas. Más que diferencias, hubo denominadores comunes. En el caso de los protagonistas que subieron al pódium de El Ensayo, la primera semejanza que podríamos rescatar es la escuela antigua que profesan. Mientras el tucumano Pedro Robles con sus más de 40 años a cuestas sigue cosechando elogios, ganándose el respeto de quienes realmente operan sin necesidad del boleto en mano para opinar; el joven trainer se abre paso con un profesionalismo que rápidamente conquistó a los mandamases y que emana de un antepasado que contagió con su sabiduría a sus descendencias. Nos referimos al recordado Jorge Inda Guzmán, a quien siguió Jorge Inda Meyer como alumno aventajado y décadas después, José Ignacio y Jorge Andrés Inda de la Cerda, sus nietos. Dos portentos que están llamados a tomar la posta y que a poco andar ya han dado muestras de su dedicación y profesionalismo, logrando destacar como prepa- radores. Hace un par de años fue el hermano mayor con Color Rosa y ahora le tocó al a su vez veterinario, con Cambridge. Botones de muestra que han bastado para colocarlos junto a Juan Pablo Baeza como los líderes de las nuevas camadas de preparadores, llamados a mandar en el futuro. Había dicho el joven estratega que Cambridge era tal vez un outsider 28 / REVISTA ELTURF.COM | NOVIEMBRE 08, 2018 en la carrera, pero que al no tener esa presión podían trabajarlo como a ellos les gusta: carreroneando y sin romper el reloj, sólo enseñándo- le a finalizar. Algo que se notó en demasía en los últimos 50 metros de la prueba madre, donde la atropellada del tresañero no le dejó tiempo al favorito para reaccionar. Es decir, lo noqueó. La explica- ción para este desenlace la tiene clara su trainer: “Yo tenía mucha confianza de que llegaríamos en tabla, les confieso. Quizás pensar en un triunfo era algo osado por la presencia de El Pícaro, el cual pese a su derrota demostró ser un caballazo, dictami- nando los tiempos de la carrera y entregándose sólo al final. Pero a medida que fue avanzando por dentro fue creciendo también nuestra expectativa y derechamente en los metros finales lo gritamos con todo. Aquí hubo un 20% del jinete y un 80% del caballo, cuya ca- pacidad fondista quedó de manifiesto, haciendo correr donde más interesa”. Con seguridad, muchos generales han surgido después de esta bata- lla. Nunca faltan. Y no los juzgaremos. Lo que sí podemos decir con certeza es que el desenlace del Nacional Ricardo Lyon nos dejó la sensación que se le habían acercado bastante al líder de la generación y que sí era posible derrotarlo. No era una quimera siquiera pensarlo, lo que no significaba que se le faltara el respeto a su liderazgo. Ocurre que esta vez eran 400 metros más, que para unos fueron benditos, mientras que para el favorito resultaron fatales. Ni siquiera apoyare- mos a quienes hacen arder hoy las redes sociales criticando a Guiller- mo Pontigo con tanta liviandad. Para nosotros, El Pícaro confirmó ser un caballazo, ganándole a todas las postas que se le pusieron en el camino, salvo, la última. Eso dignifica a Cambridge, como también a su entorno. “Nosotros le preparamos a personas tan importantes y que realizan un esfuerzo tan inmenso como la señora Liliana (Solari) y don Carlos