Revista Elturf.com Edición 96 | Page 29

ENTREVISTA Olvida sí a Lamentado dicho personero, el que también se impuso uniendo extremos, con Gustavo Barrera años antes. Fue muy extraño lo ocurrido en los últimos cien metros en esta nueva versión (146), donde parecía imposible que perdiera el favorito abrazando esa modalidad. Todos los riva- les que le hicieron posta en la recta opuesta terminaron retrocediendo después. Eso lo aprovechó Cambridge para descontar con todo desde el último lugar. “Tuve mucha ayuda desde el cielo”, nos dice la señora Liliana. “Tanto de mi her- mana como de mis padres, por lo que la emoción es muy grande”, profundiza. Y continúa: “Es que nos conformábamos con una figuración y ni en nuestros sueños nos habíamos imaginado algo así. Uno le pone todo el corazón en la crianza y buscamos las mejores combinaciones, pero no siem- pre los resultados nos acompañan. Además, la madre de este caballo acaba de jubilarse (Catalina la Grande), por lo que será su úl- tima cría. Capaz que en el siguiente clásico aparezca Nombar, que ahora estaba corco- veando, muy mañoso antes de la partida y pese a correr incómodo de todas maneras llegó tercero. Ya le tocará su turno”, vati- cina. “NUNCA LE JUEGO A MIS CABALLOS” Estas citas hípicas de magnitud concitan el interés de medios que tradicionalmente no cubren la actividad. Por lo mismo, basta con escucharles un par de preguntas a sus envia- dos especiales para constatar o su inocencia o su sensacionalismo. Por ejemplo, mientras dialogábamos con la criadora Liliana Sola- ri hizo preguntas el colega de El Mercurio, más interesado en hablar de la U que de Cambridge. Incluso, apenas la entrevistada terminó una de sus respuestas, le preguntó que cuánto le había jugado, ante la cara de sorpresa que puso Guillermo Gatica a su lado, conminándola a abandonar la conver- sación. “Nunca le juego un peso a mis caballos”, respondió la titular del Don Alberto, op- tando más por lo divino para explicar esta tremenda expedición de su nuevo regalón. “Fue mi hermana María Luisa la que nos ayudó desde el cielo, porque hoy se cumple un año desde que falleció. Lo otro lo puso el estilo del caballo, muy galopador, enton- ces le vinieron de perillas los 2400 metros, sin olvidar que su padre ha dado crías fon- distas. Este caballo es hermano de Caserta Mía, una yegua que se portó muy bien como corredora. Todos pensábamos que El Píca- ro era imperdible, pero apareció Cambrid- ge con mucha fuerza para vencerlo con los colores de mi madre. Me dijo en la mañana Guillermo (Gatica) que nos ganaríamos El Ensayo, aunque nunca pensé que sería con este caballo”. NOVIEMBRE 08, 2018 | REVISTA ELTURF.COM / 27