ENTREVISTA
“Nunca más
seré criador
ni volveré a
ocupar cargos
directivos”
Fotografía: JUAN VERGARA Texto: JUAN ANTONIO TORRES
L
a afirmación corresponde a Patricio
Millar, uno de los hípicos que más vi-
bra con el minuto a minuto que se produce
durante las reuniones hípicas, incluso asis-
tiendo a los aprontes y siendo muy de visitar
los corrales por las mañanas. El destacado
gerente de Recursos Humanos en su vida
laboral dice que abarcar mucho le pasó la
factura, encontrándose con un sistema con
poca autocrítica ni apertura para abrirse a
nuevas ideas. Incluso, realiza un mea culpa
señalando que en el bullado caso de El Bro-
mista, cada consejero dejó muy solo a Jorge
Cardemil a la hora de enfrentar después los
micrófonos tras la votación unánime tan
criticada externamente y con justa razón.
También considera a Juan Cúneo como el
verdadero líder de la actividad.
El que mucho abarca poco aprieta, dice el
refrán popular español, extensivo a todo
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el mundo de habla hispana. Como lo gra-
ficaremos en esta nota, impulsados por las
declaraciones del entrevistado mismo, nos
queda claro que en la hípica también puede
ocurrir. Nos referimos al reconocido pro-
pietario de caballos, Patricio Millar Melossi.
El titular de las sedas negro y turquesa vive
con tal entusiasmo su gran pasión, que en
su momento quiso aportar desde adentro.
Pero terminó viviendo ingratitudes y sin sa-
bores.
Sin embargo, tras un esperanzador comien-
zo en esferas directivas, en el camino fue co-
nociendo una vereda con murallas firmes,
casi infranqueables, de las cuales no tan sólo
se tilda de enemigos a quienes operan desde
una vereda contraria o hasta gremial, cuyo
solo término produce urticaria en quienes
dirigen la actividad; también, como dice él,
se encontró con desidia, anemia y poca vi-
REVISTA ELTURF.COM | OCTUBRE 04, 2018
sión futurista a la hora de pretender hacer
cambios, como si estos fueran inapropia-
dos o traspasaran la barrera de los dueños
del circo y sus costumbres. En definitiva,
al poco tiempo sus mismos pares le dieron
la espalda. Como para que nos quede claro
que todos los días se aprende algo nuevo
en la vida.
Pero así es don Pato. Un hombre apasiona-
do, al que le gusta experimentar y vivir en
una constante búsqueda de nuevas sensa-
ciones, aunque siempre clavando sus impo-
nentes ojos azules a la hora de mirarnos a la
cara en cada conversación, luciendo casi el
mismo color de sus sedas. Es decir, como
todo mortal cometió errores, pero con la
salvedad de haberlo hecho aferrado a la
transparencia, algo de lo que adolecen algu-
nas esferas del deporte de los reyes, según
pudo constatar in situ. Este fue su desahogo