Mientras vivía en Japón, veía como el mayor (de edad o altura) de los chicos del jardín, guiaba a los mas pequeños hacia la escuela (los chicos de 5 en adelante, van solos a la escuela, está
prohibido que los acompañen los padres). ¡Y esto sirve, no hay accidentes!.
Todos siguen lo que el niño mayor indica: cuándo cruzar la calle o tomar el bus (colectivo),
subir al tren, etc. Entonces noté algo interesante: los niños confiaban totalmente en el mayor para
su guía y protección; mientras que el mayor, consciente de su responsabilidad (quizás con 6 años)
hacía todo lo necesario para llevar bien a todo su grupito de chicos a la escuela.
¿Por qué estoy mostrando estas fotos y explicando de que se tratan? Bueno, la confianza de
las personas que están en búsqueda de respuestas dentro de la espiritualidad, es muy grande
cuando encuentran a algo o alguien que les colma sus expectativas al principio.
Pero algo muy importante para reconocer y no olvidar nunca, es el hecho que el Maestr@ o
Sanador/a, también está en esta encarnación para sanar o resolver asuntos. Por eso, estaríamos
casi en igualdad de situaciones. Entonces, es un error serio, confiar rápida y totalmente en alguien
sin que haya hecho los méritos suficientes para ganarse nuestra confianza. “ Todos tenemos que
sanar algo, pero no necesariamente lo mismo...”
Alguien se preguntó alguna vez, ¿Por qué existen tantas técnicas o energías sanadoras, etc.?
Todas las técnicas o energías, tienen como propósito resolver hechos, problemas o situaciones
puntuales (en definitiva elevarnos la vibración). Entonces una vez aplicadas correctamente, podemos liberarnos, sanar o terminar algo específico. Y estos cambios se notan en nuestra vida diaria.
Ahora bien, cuando ya estamos sanad@s por habernos aplicado lo necesario, queda entonces hacer lo que nos recomendó Jesús hace + de 2000 años... que nos amemos los unos a los
otros. No hay excusas para no hacer esto, surge naturalmente del estado de bienestar que se tiene cuando un aprendizaje es superado. Se vuelve nuestra naturaleza, sin esfuerzo y todo el tiempo. Es más, se puede ver el estado mental y espiritual de las personas, reflejadas en su cara y en la
forma en que tratan a los demás. Encontrarse con una de estas personas como asistente en nuestro progreso espiritual, es como sacarse la lotería.
¡Porque es innegable y hasta visible, cuando se tiene la vibración alta!
Sucede que dentro del “ambiente” espiritual (como en todos lados), hay muchos que practican el “haz lo que yo digo, pero no lo que yo hago (que nunca te vas a enterar)...”
Revista Elevación
“El que posee las nociones más exactas sobre las causas de las
cosas y es capaz de dar perfecta cuenta de ellas en su enseñanza,
es más sabio que todos los demás en cualquier otra ciencia.”
Aristóteles (384 AC-322 AC) Filósofo griego.
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