Revista Elevación Nº4, Febrero 2015. | Page 5

Estamos en verano, muchos ya deben estar disfrutando de las vacaciones. Cualquier lugar que hayamos escogido es muy bueno para un merecido descanso. Ahora bien, durante todo el año vamos acumulando muchas cosas que no nos sirven: rencores, envidias, celos, desconfianza y muchas cosas negativas más, aparte del cansancio físico y mental. Es por la vorágine del día a día en nuestro lugar de residencia, que podemos caer o cometer muchas de estas cosas negativas involuntariamente. Ok, muchos dirán que no se dieron cuenta o no tuvieron tiempo para reflexionar bien sobre una situación en especial y como afectó a las personas involucradas o cercanas. Bueno, ya habíamos propiciado hacernos un mirada retrospectiva sobre lo que fue el año que acabó y cuantos sucesos, tanto lindos como feos, nos sucedieron. Con todo esto se forma una cadena de aprendizajes, muchos de los cuales, los pedimos antes de nacer (son generalmente las experiencias desagradables o dolorosas). Entonces, ya sea en la arena del mar o en una roca a la vera del rio, cualquier lugar es bueno, para tomarnos un tiempo y analizar las cosas desagradables que nos sucedieron, por que nos pasaron y a quienes afectaron... Muchos podrán objetar que van a algún lugar a despejar la mente y no quieren recordar nada negativo. Sucede que esa forma de ver nuestros aprendizajes obligatorios no nos lleva a ningún lugar. Es como si pasáramos la escoba y dejáramos toda la tierra debajo del felpudo. Cuando levantemos el felpudo, ahí estará toda acumulada, no se va a ir por sí sola. Esto en la vida real significa que los problemas se resuelven siempre por ocuparse en la medida justa. Por pre-ocuparse, evadirlos o negarlos, lo único que logramos que vayan aumentando y complicándose para resolverlo. ¡Si tuviéramos que pelearnos con un tigre y tenemos la opción de escoger, bueno que sea un cachorrito y no un tigre adulto! De la misma manera, siempre es más fácil resolver cualquier problema cuando se inicia o tiene poco tiempo o complicaciones. Dejar pasar el tiempo esperando que “mañana” tengamos la solución de lo que nos molesta “ahora”, es una ilusión. Porque “mañana”, tal vez no podamos o no estemos vivos para resolver, perdonar/se, etc. HOY ES EL MOMENTO JUSTO para todo. Entonces aprovechemos nuestro descanso para alcanzar la sabiduría y claridad necesaria para obtener las respuestas y soluciones, y poder emplearlas cuando regresemos a nuestro lugar de residencia. ¡No más