El sexo (macho / hembra) es una manifestación de esta Ley en el plano físico para para la
continuidad de las especies.
Comenzando en Dios-Padre-Madre todo tiene los dos géneros. Dios-Padre: Inteligencia, Justicia. Dios-Madre: Amor, Misericordia. De la unión de Ambos surge la Creación. El Principio Masculino es el que planta la idea en el Principio Femenino que es el que la ejecuta.
En ningún caso un Principio puede funcionar sin el otro. Si vamos hasta lo más bajo tenemos
al átomo. En él también encontramos el Principio Masculino y Femenino, en sus polos positivo y
negativo.
En las formas de vida encontramos macho y hembra y, en algunos casos, un organismo posee ambos sexos en sí mismo. En lo mental tenemos a la mente consciente (Principio Masculino) y
la mente subconsciente (Principio Femenino).
También tenemos al Yo, representando al aspecto masculino de la mente, que no tiene la
capacidad de activar una creación, sino que él es quien proyecta la energía creadora hacia el Mi,
estimulándolo, ya que es el Mi quien se pone en acción y ejecuta la idea. El Mi es el aspecto femenino.
Sabiendo esto, podemos identificar fácilmente a algunas personas que tienen muy desarrollado su Yo y tratan de proyectar su fuerte Yo en los Mí de otras personas. Si se trata de alguien
con una mentalidad superior y positiva cuyas enseñanzas valen la pena seguir, podemos permitirle
que siembre sus ideas en nuestro Mí. Pero si se trata de un líder sanguinario o un fanático religioso, no debemos permitírselo.
La mayoría de la gente se deja llevar, y así nos encontramos con grupos fanáticos, ya sea religiosos o políticos, que son manejados por personas inescrupulosas con un fuerte Yo.
Pero también ocurre en la vida diaria: una persona que arremete contra otra, por envidia o
por celos, y es capaz de influenciar a otros que ni siquiera son parte del problema.
Si notamos que estamos siendo influenciados por un Yo negativo que nos empuja a caer en
ideas que nuestra moral rechaza, alguien que nos lleva de la nariz a hacer lo que él quiere aunque
no nos parezca del todo correcto, es necesario detenerlo protegiendo a nuestro Mi con nuestro
propio Yo.
Debemos utilizar nuestro Principio Masculino, que es quien tiene sus propias ideas y es el
que determina quienes somos en realidad. No importa que fulana critique a mengana, Yo no me
voy a sumar a esa crítica y voy a utilizar la Ley de Polaridad para cambiar lo negativo a positivo.
Dentro nuestro tenemos un pedacito de Dios-Padre-Madre. Honrémoslo.
Como dijimos al principio, la Ley del Mentalismo es la más importante ya que de ella se desprenden las demás. También dijimos que siempre hay más de una Ley manifestándose a cada momento y es necesario que las sepamos manejar para que sólo el bien se manifieste en nuestra
realidad.
No debemos andar por la vida lastimando a otros porque nuestro pequeño ego humano
quiere llamar la atención. Ese ego suele ser egoísta, envidioso, pendenciero, materialista, prepotente, soberbio, patético… Debemos darle paso a nuestro verdadero Ego, lo que los metafísicos
llamamos Yo Soy, otros lo llaman Ser Interior, Ser Superior, Chispa Divina,… como queramos llamarlo, el nombre es lo de menos.
Revista Elevación
“El amor como principio, el orden como base, el progreso como fin.”
Auguste Comte (1798-1857) Filósofo positivista francés.
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