Después de su llegada en 1869, decidió promover el bien espiritual de sus fieles. Comenzó a
llevar a Córdoba grandes contingentes de hombres serranos, paisanos, y mujeres para que realizaran ejercicios espirituales según el método de San Ignacio de Loyola.
Esta empresa apostólica constituyó una verdadera epopeya ya que trasladarse desde San Pedro a
Córdoba suponía hacer 200 kilómetros cruzando las
Altas Cumbres. El viaje duraba tres días, los contingentes viajaban por senderos a dos mil metros de
altura, en pleno invierno y a lomo de mula. En ocasiones soportaron temperaturas extremas, nieves,
fuertes vientos y lluvias, pero Brochero los impulsaba con la convicción respecto de la necesidad de
"transformar" la vida, de aprender a amar a Dios y
también a trabajar material y espiritualmente para
mejorar la región.
La casa de Ejercicios en Villa del Tránsito
Motivado por la convocatoria que las travesías que emprendían los serranos para realizar
sus ejercicios espirituales y atendiendo a las dificultades del viaje, la cantidad de días que los
que el viaje implicaba y pensando en posibilitar
una mayor participación, Brochero se propone
edificar dentro del Curato una Casa de Ejercicios. De esta manera, el 16 de agosto de 1875
colocó la piedra fundamental.
En la construcción del edificio participaron todos los vecinos, el propio Brochero solía contar que "desde siete años arriba
(me) llevaban los ladrillos y cal quemada, al pie de la obra en el
hombro o en la cabeza, como lo hacían también las damas y señoritas que (me) traían la cal cruda de una legua de distancia en
árganas y alforjas, para que la quemase en los hornos que estaban en la plaza, y de diversos puntos me conducían los tirantes a
remolque o cincho de mula, viniendo muchas de estas vigas hasta de 20 leguas, pues a esta fecha, no había yo construido aún el
camino carretero en el Valle del Oeste".
Revista Elevación
"La gracia de Dios es como la lluvia que a todos moja."
Cura Brochero
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