Revista El Uru nº 56 | Page 16

Algunos “ Monos ” del Club Miramar . Foto de la época
Aquel gurí que era no retuvo contra quién jugaban los monos esa noche , pero sí la figura enorme de Tulio Gallaschi , una versión local del hombre forzudo . Algo , también , de los triples mágicos del flaco Cardoney , del picante Alles y el caballo Modernell , pero sobre todo recuerdo ese clima de euforia ante la inminencia de lo impensado : dejar de alternar contra rivales tan pobres como nosotros -Reducto , Waston , Auriblanco- por inalcanzables como Biguá o Welcome ; pasar de los tableros de madera y el piso de cemento de la cancha de Gadea al acrílico y parquet de esos clubes con gimnasios cerrados , que parecía que jugaban a otro deporte distinto al nuestro .
Ahora que lo pienso Miramar era una especie de circo sin carpa , un rejunte hermoso de personajes pintorescos que nos maravillaban o asustaban según el caso . Pero en ese
Pag 16 predio del que el circo no se movía estaba el alma del barrio , el fuego que le calentaba las manos a vecinos de todo pelo y color .
No sé qué hacíamos con esos limones aquella noche pero recuerdo a un compañero tirando uno al aire en pleno festejo y alguien quejándose segundos después , una vez finalizada su parábola . Al mono que era el hermano de mi cuñado transpirando a mares , sacándose la parte de arriba del disfraz para fumarse un pucho detrás de uno de los aros . Y a esa cancha rodeada de yuyos y bloques que pocos meses más tarde me atrapó y en la que terminé jugando en una campaña memorable en la que creo que empatamos un partido y tal vez ganamos otro .
Pero eso ya es otra historia .