— Tengo mucha fe en la humanidad . — Lo dice como si fuera una niña , aún , con ilusión —. Creo que cada persona tiene algo lindo para aportar al mundo , incluso aunque no me caiga bien a mí . Entonces , tengo mucha predisposición a querer .
También a quererse a ella misma . Fue sensata y , al cabo de unas semanas , dejó al chico de Facebook , once años mayor : “ Fui a su casa , le devolví sus cosas y le dije : quiero terminar contigo . Me pedí un Uber y me fui . No hubo chance a la conversación ”. “ Desgraciadamente tuvo que ir hasta allá y darse cuenta ”, dice Inés . Ni siquiera la familia frenaría a Nicole .
Al volver a Uruguay , trabajó cantando música popular en ferias callejeras -algo que ya hacía desde antes- para continuar viviendo sola por un tiempo . Ahora prefiere el canto lírico . La decepción de una independencia idealizada no frenaría a Nicole y su búsqueda de la libertad , de sentirse autónoma .
Punto de giro
Sucede un día de noviembre de 2021 , cuando recibió un mensaje que le abriría las puertas a cumplir uno de sus sueños . Era la Unión Nacional de Ciegos comentándole que el Sodre estaba en busca de alguien que pudiese asesorar la producción de una audiodescripción para las funciones de Cascanueces . Una descripción auditiva del ballet para que personas ciegas o de baja visibilidad pudiesen ir al teatro y ser independientes .
Nadie más tendría que estar allí susurrando a sus oídos lo que se ve sobre el escenario . Esa propuesta fue para Nicole la paradoja de la ilusión y la desconfianza .
— Después de que pasás tanto tiempo luchando para que las cosas sucedan , no te lo terminás de creer hasta que no pasa . De hecho , no me lo terminé de creer hasta que me senté en mi butaca a ver Cascanueces .
Un año y medio frustrante y agotador que le hizo cuestionarse si realmente quería ser bailarina , pero que le llevó a encontrar Minetti Studio , donde toma clases grupales , y a Carla Latorre , su profesora particular .
— Nunca eché de menos la vista . Las personas que te rodean te lo hacen ver como una falta . Si yo viese , hubiera sido tan fácil como ir a la academia que se me cantara y listo .
Tampoco era la primera vez que iba al Sodre . En noviembre de 2018 , dos amigos del liceo la invitaron a ver El Quijote del Plata : “ Fue el primer ballet que alguien me describió además de mi madre , el primer ballet que fui a ver al Sodre y , además , una de las primeras salidas con amigos ”.
Quizás , una noche en la que no importó ser ciega para sentirse una adolescente más .
Eso fue suficiente para terminar de la idea de ser bailarina . Después vino la búsqueda de las clases , el asesoramiento para las audiodescripciones , hasta que María Noel Ricceto , Valentina García , curadora del Festival Sin Límites , y el equipo que conoció allí , le incentivaron a audicionar para El Hilo Rojo . “ Para que te hagas una idea , fui al baño y confundí el inodoro con el bidé . Sí , estaba muy nerviosa ”. Fueron dos funciones en las que no sabe qué pasó más allá de una “ especie de trance ”. Sí sabe que sonrió mucho , es algo que varios le comentaron .
— Me cuesta verme como bailarina . No sé si me va a dejar de costar , tiene un poco que ver con mi autoexigencia , con mis inseguridades .
Fuente e imágenes : latidobeat . uy
No era su primer contacto con el baile . Nicole había logrado comenzar ballet en 2019 , cuando la Academia Ballet Pirouette aceptó tomarla , la única tras un año y medio de tocar puertas y mandar mensajes sin respuestas : “ Un año y medio para encontrar a un docente que quisiera enseñarme ballet de forma profesional , por ser ciega ”.