Revista EL MOLINO Revista EL MOLINO -Primavera 2019 | Page 6

LA FESTIVIDAD DE OSTARA Celebración del Osterfeuer, en el norte de Alemania. Una gran hoguera que simboliza el comienzo de una nueva etapa, la primavera, dejando atrás el frío invierno y dando fin a todos los malos recuerdos. E l equinoccio de primavera, Ostara u Oestara (también llamado Eostre 0 Eostar, de los cuales el alemán Ostern y el inglés Easter para Pascua), o también Alban Eiler (Luz de la Tierra), se celebra el 21 de marzo, cuando día y noche duran igual, el equilibrio perfecto entre Luz y Sombra. Esta celebración, especialmente seguida en las antiguas culturas mediterráneas, celebraba la vuelta a la tierra de Pesefone desde Ade, o sea la vuelta de la primavera, de la vida y de la fertilidad a la Tierra: la vuelta de la buena estación y la renovación de la naturaleza. Las poblaciones del Norte, como los Celtas (herederos de tradiciones muy ancestrales), cambiaban esta celebración a Beltane, fiesta de la reproducción del ganado (primer día de mayo). Aunque los Equinoccios y Solsticios no son fiestas celtas, más típicas del sur de Europa, los Celtas reconocían los Solsticios y Equinoccios como fiestas sagradas al Sol y al Principio Cósmico masculino, mientras las otras cuatro fiestas estaban relacionadas con la Luna y el Principio Cósmico femenino (tenían por tanto fechas distintas en base a las fases lunares). El año Celta está dividido en dos partes: SAMHAIN (1 noviembre) que señala el inicio de la mitad oscura o mes de la muerte; BELTANE (1 mayo) el de la mitad de la luz. Entre estas dos “puertas”, se encontraba IMBOLC (1 febrero) y LUGHNASADH (1 agosto), dividendo así el año en cuatro partes. Para subrayar más aun estas particiones, están también los Solsticios y Equinoccios, llamados los cuatro Albans, y considerados tiempos de transición. El Equinoccio de Primavera es la cuarta fiesta de la tradición, una fiesta fija porque coincide con la entrada del Sol en la constelación de Aries y con la Luna llena, siendo muy cercana. Tal Equinoccio señala justo el momento de la unión en un simbolismo cósmico, ligado al despertar de la Naturaleza; a eso se reconduce el tema de la “boda” entre una deidad masculina, de la esfera solar, y una femenina, ligada a la Tierra o a la Luna. El Dios Sol se empareja así con la Diosa Tierra. En este día corresponde encender fuegos rituales en las colinas y, según la tradición, más resistía el fuego encendido, más agradecida sería la Tierra. luminosidad: el Aire está alegre por los vientos suaves, el Fuego de Aries empieza su obra de transformación, las lluvias de primavera quitan la sed y preparan los campos, y la Tierra está más exuberante que nunca. Para toda la Naturaleza y sus criaturas el Equinoccio de Primavera es el momento del encuentro entre la Diosa y el Dios Niño, de sus bailes, es el periodo en que se sale de la hibernación del largo invierno y tiene lugar el primer encuentro con el Otro, con el enamoramiento y la transformación. El termino Ostara deviene del nombre de la antigua Diosa alemana de la fertilidad y de la primavera, Eostre, Oestara u Ostara, cuyos símbolos son las guaridas de las liebres, los huevos de los pájaros, las mariposas y larvas y la Luna nueva. El Equinoccio de Primavera es el periodo en el cual los cuatro elementos Aire, Fuego, Agua y Tierra se encuentran en la fase de mayor Ostara, 1884, por Johannes Gehrts