Si bien los estudios de género tienen inicio en los años 60, con la propuesta feminista de incluir el término ‘género’ como una idea para contemplar más factores a la comprensión biologicista de ‘sexo’, es
hasta los años 80 que se empieza a hablar de
estudios dirigidos hacia el género masculino,
desde la perspectiva de estudio de las
masculinidades y no sólo de los estudios
dirigidos a las mujeres (Muñoz, 2017).
Aguayo y Sadler (2011) afirman que “sin duda, alcanzar la equidad de género requiere la participación de los hombres, así como ellos requieren dicha equidad para lograr mayor bienestar” (p.21).
Es así como en la búsqueda de
incluir la masculinidad en los estudios de
género, se han desarrollado gran variedad de investigaciones que giran alrededor de
este concepto. Algunos de estos estudios abordan la conceptualización
del término, las normas sociales que se construyen alrededor de él, en las relaciones interpersonales y en general en la vida de los hombres.
Figueroa y Franzoni (2011) mencionan que el concepto de
Laura A. González, Sara A. Grisales, Sharie Marín, María J. Méndez, Thomás A. Socarráz y Laura S. Alarcón.
¿En un mundo de hombres fuertes, no hay lugar para las emociones?
Experiencias narradas por estudiantes universitarios