Camino a la Felicidad Brújula perdida de la sociedad moderna Por Paola Alejandra Benedetto Ruiz
E
n el ajetreado mundo de hoy vivimos recargados de actividades, tareas pendientes y objetivos por alcanzar. Para la mayoría la solución de los temas cotidianos, económicos y familiares absorben gran parte de nuestro tiempo de vida. Pero, en realidad no nos damos la oportunidad de ser felices. ¿ Qué es la felicidad? ¿ Somos felices? ¿ Qué esperamos de la vida?
La felicidad es para cada ser humano una expresión con significado diferente. Mientras para algunos se refiere a un estado de placer, alegría, diversión. Otros le definen como un estado más duradero relacionado con la autorrealización, la consciencia de quienes somos y la posibilidad de transcender espiritualmente.
La Real Academia Española la define como el estado de grata satisfacción espiritual y física, para la psicología, la felicidad es un estado emocional positivo que se alcanza cuando han satisfecho sus deseos y objetivos. Entre tanto, para Aristóteles, la felicidad estaba relacionada con el equilibrio y la armonía, y se conseguía mediante la autorrealización. Por otro lado, Epicuro, sostenía que la felicidad se debe a la satisfacción de los deseos y los placeres. En cambio, los estoicos, consideraban que la felicidad se alcanzaba dominando las pasiones y prescindiendo de las comodidades que impiden la aceptación de una existencia determinada.
Para nosotros, que vivimos en una era moderna, la felicidad pareciera estar vinculada a la adquisición de bienes materiales y valores ligados al consumo y el confort compatible con la concepción de Epicuro, solo que restringiendo el placer al consumo exacerbado.
La felicidad individual y familiar, no está exenta de los condicionamientos sociales, así como del contexto o circunstancias necesarias para el logro de la felicidad social de un pueblo o nación. Así, la sociedad establece unos parámetros de felicidad a los cuales los individuos se ven inducidos por