Eliminar barreras que afecten o mermen el comercio entre las zonas que
firman el tratado.
Promover las condiciones para una competencia justa.
Incrementar las oportunidades de inversión.
Proporcionar una protección adecuada a los derechos de propiedad
intelectual.
Establecer procesos efectivos para la estimulación de la producción nacional y
la sana competencia.
Ofrecer una solución a controversias.
Los tratados de libre comercio son importantes para acabar con el
proteccionismo económico (que protege la producción nacional) pues se
constituyen en un medio eficaz para garantizar el acceso de productos a los
mercados externos, de una forma más fácil y sin barreras.
Formalmente, el TLC se propone la ampliación de mercado de los
participantes mediante la eliminación de los derechos arancelarios y cargas
que afecten las exportaciones e importaciones. En igual sentido busca la
eliminación de las barreras no arancelarias, y de subsidios a las exportaciones
agrícolas, la reestructuración de las reglas y procedimientos aduaneros para
agilizar el paso de las mercancías y unificar las normas fitosanitarias y de otra
índole.