Ya no sabía que hacer hasta que encontró un chicote que era bendecido y comenzó a golpear a la anciana, esta al ver que no podía hacer nada le dijo a la esposa “Agradece que tienes un esposo responsable, trabajador, humilde y honrado y ha tenido ese chicote bendecido, solo por eso te salvas, sino hoy mismo ya hubieras estado en la paila de fritada junto a los otros”. La mujer asustada por lo que paso y sin poder dormir se fue al día siguiente muy temprano a ver al cura para pedir bendición y consejos, este le dijo que cambie, que deje de ser ociosa y le volvieron a bautizar en la cima de cerro no le había aparecido la paila y la anciana. Al final de esto la mujer cambió y se volvió responsable y hacer las tareas del hogar
Aceptó contenta y se fue a su casa. Todo iba bien, su hogar estaba más que nunca limpio, ordenado y siempre había la cena ya hecha para ella y su esposo, pero ella nunca le dijo a su esposo de la paila de fritada y de la anciana. Cierta noche la luna brillaba más que nunca y el viento soplaba fuerte y la mujer se fue a dormir pronto que de costumbre, pero no lograba, se levantaba y vuelta se volvía acostarse. De tanto desesperarse vio a la anciana en el umbral de la puerta y diciendo que era hora de pagar los favores realizados. El marido no entendía nada y la anciana sonriente le dice que ella hizo un trato con el demonio a cambio de tener su hogar ordenado y la cena lista para su esposo. Le comenzó arrastrarla y ella se sostenía en el pilar de su casa para no irse con la anciana, y su esposo preocupado por no saber qué hacer para ayudar, comenzó a rezar todos las oraciones que conocía desde el padrenuestro hasta el rosario pero nada, más le arrastraba a su esposa y le decía al esposo que la deuda no era con él sino con su esposa.