Enfoque Centroamericano
Latinoamérica
funcionar, fallos de gobierno; fallos que
se vinculan directamente con la pobreza
del país. Detrás de estos fallos están
fenómenos como la enorme informalidad
en el mercado de trabajo, los deteriorados
sistemas de educación y salud pública, la
falta de rendición de cuentas, la justicia
fallida, todo lo cual son indicadores de la
ausencia de democracia inclusiva, de la
carencia de mecanismos que controlan
el abuso de poder y en general de la
situación excluyente de la ciudadanía
ante un estado de tipo extractivo. Es una
situación que recuerda la película del
Mago de Oz donde al final, después de
correrse el telón el espectador se percata
que nunca hubo tal magia, sino un simple
mortal manipulando los hilos de la trama.
El desarrollo económico del país
representa un conjunto de instituciones
extractivas tanto en lo político como
en lo económico. Ha habido algunos
intentos de apertura controlados por
la élite que solo han servido para
reacomodar intereses y privilegios pero
nunca para responder a las necesidades
públicas. En realidad, se trata de un
sistema estático, inamovible, carente ya
no de innovación tecnológica, sino de
una simple imitación tecnológica. No
se trata de debatir si el vaso está medio
lleno o medio vacío, es más bien un
problema de dinámica en que el vaso se
está vaciando independientemente de si
está o no a la mitad.
La experiencia con el INSS también
indica que la inflación en el país
no es de índole monetaria sino una
inflación de costos, en cuyo caso deja
de ser un problema de las autoridades
Dracma Julio 2014
monetarias y se torna más bien de índole
institucional. Dado que el sistema no
está diseñado para autocorregirse,
el país se desenvuelve en conflictos
permanentes, llenos de tensión social
que no son signos de democracia sino
de la falta de instituciones inclusivas
que funcionan realmente. Esta inflación
de costos ha venido presionando al tipo
de cambio real y nominal y pone en
evidencia los límites del deslizamiento
cambiario cuyo objetivo de anclar
las expectativas de inflación ha sido
neutralizada por los aumentos de precios
que también presionan los salarios.
Dado que las instituciones responden
deficientemente al interés público la
mejor alternativa es la dolarización
completa de la economía ya que no es
posible generar una inflación en dólares.
Pero regresemos de nuevo al problema
de la seguridad social. La solución que se
ha venido barajando es una solución para
el corto plazo, sin embargo, los problemas
reaparecerán de nuevo en el mediano
plazo. Entonces, la respuesta consiste
en vislumbrar un sistema de seguridad
social que mejore las perspectivas del
mediano y largo plazo. La respuesta
está en la privatización de la seguridad
social.
Esta alternativa mejoraría el
bienestar de la población, la cual tendría
asegurada su retiro digamos a partir
de los 65 años e inyectaría una fuente
permanente de recursos de largo plazo en
la economía, recursos que son la fuente
para la inversión de larga gestación.
Esto permitiría también bajar la presión
fiscal sobre el factor trabajo, ayudaría a
disminuir la informalidad en el mercado
de trabajo y se cumpliría con una de las
más importantes precondiciones para el
crecimiento económico sostenido, que
es crear una oferta de recursos de largo
plazo; la otra precondición que se tendría
es la estabilidad cambiaría y por tanto, la
estabilidad de precios. Nada tiene que ser
obligatorio, puede diseñarse un sistema
mixto entre el retiro privado y la jubilación
pública y se tendría una institución más
inclusive todavía.
La moderna gestión de la política
económica no presta atención a las
declaraciones públicas, ya que se sabe que
son solo declaraciones políticas, retórica.
Lo que cuenta son las decisiones que
afectan las reglas del juego, es decir a las
instituciones. Con la economía totalmente
dolarizada y una oferta de recursos
financieros de largo plazo, la función del
estado se concentraría en mantener las
tendencias de largo plazo de la economía
en vez de intervenir en cada momento sin
que se vean resultados concretos. Esta
estabilidad de la tendencia dependerá de
la estabilidad y calidad de las instituciones:
la independencia del Banco Central, la
gestión no inflacionaria de la economía,
un fortalecimiento de la educación y
salud pública, una justicia predecible
de acuerdo con las leyes, un balance de
poderes que responda al sufragio efectivo
de la población, leyes fiscales y sociales
inclusivas e inmutables que sirvan de
soporte al buen funcionamiento del
sistema de mercado; estas serían las
instituciones inclusivas favorables al
crecimiento continuo. Suficientes para
mantener ocupados a los funcionarios de
gobierno a tiempo completo.
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