Revista Dracma Jul. 2014 | Page 32

30 Asia Dracma Julio 2014 China, ¿Se puede crecer indefinidamente? El caso de China atrae la atención y el interés de muchos analistas económicos debido a los prometedores escenarios que evocan las tasas de crecimiento económico que ha experimentado en los últimos años. En 2012 alcanzó un crecimiento de 7,8%, en 2013 se situó en 7,5 % y para 2014 se pronostica un crecimiento similar. L a atención incrementa aún más con predicciones y especulaciones que aseguran que la economía de este país asiático podría alcanzar los niveles colosales de Estados Unidos si se mantiene su crecimiento. Actualmente es la segunda más grande economía mundial y el segundo destino de las exportaciones de Estados Unidos. El crecimiento de China se encuentra correlacionado a muchos de los mercados de commodities que han surgido en los últimos años y también resulta relevante como marco de referencia dentro de los países emergentes. El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha sostenido una política que aconseja a China a enfocarse en mantener la sostenibilidad de su crecimiento económico y pronostica que este año el crecimiento del producto interno bruto (PIB) será del 7,5%. EL FMI hace énfasis en el potencial existente en el sector servicio, mejorías en el sistema financiero, protección ambiental, y el balance entre la rapidez y calidad del crecimiento económico1. La percepción general de que el crecimiento de China no puede continuar para siempre ha incrementado en la medida que se analiza más la posición del país asiático. Aún con este pesimismo China retomó su fuerza en la segunda mitad del 2014 debido principalmente a una aceleración en la inversión. Este incremento, se estima que será temporal, en parte por políticas dirigidas a disminuir el crecimiento del crédito e incrementar el costo de capital. La Inversión se mantiene como el principal motivador del crecimiento en China. Analistas indican que es necesario un mayor énfasis en alcanzar un balance entre la demanda doméstica de inversión y el consumo para contener efectivamente los riesgos del crecimiento y la estabilidad financiera de una sobre-inversión. El énfasis en un rebalanceo económico se refiere a la opinión que China debería depender menos de la inversión en infraestructura e industrias de capital intensivo, y mover sus esfuerzos hacia una economía de consumo doméstico. La tasa de Inversión de China se encuentra en 48% del PIB mientras que la tasa de consumó se encuentra en 34 % del PIB2. Entre los puntos negativos que resaltan del actual exceso de inversión se encuentra la construcción de puentes, aeropuertos, subterráneos, y edificios que forman parte de proyectos estatales que no tienen la suficiente utilidad justificada, a su vez se encuentran los altos índices de contaminación que generan la industria intensiva en capital de China. El argumento apunta que una disminución en el ahorro y un incremento en consumo de servicios y productos domésticos como tecnología y manufactura producirían mayores empleos y menos afectaciones ambientales que las industrias como por ejemplo una planta de acero. Según la OCDE, los principales riesgos de la segunda economía mundial a corto plazo, según un informe publicado el año pasado, son la débil demanda externa y la inflación, que se situó en un controlado 2,6 % en 2012, repuntó en 2013, y se reportó en 2,5% en mayo de este año3. Según la OCDE, China necesita de cambios decisivos para asegurar su crecimiento que incluye re