Revista Digital UMG SJP 2018 | Page 10

L a contaduría pública y auditoria en la coyuntura de Guatemala Se avanza hacia el final de la segunda década del este esperado siglo XXI, y la incipiente democracia de Guatemala se sumerge en un confuso escenario donde los actores principales son la ineficiencia de los órganos de control del estado, la presión internacional por la transparencia y la apatía de un pueblo que cada día muestra que no sabe lo que quiere. A esto, hay que agregar las constantes violaciones de la Constitución de la República de Guatemala, por el órgano llamado a protegerla. Escenario por demás complicado dónde los entes políticos también han perdido el rumbo. En esta confusión, la carrera de la Contaduría Pública y Auditoría con urgencia debe formar profesionales que propongan y ejecuten soluciones en el campo de control, tanto de los fondos del erario como de la iniciativa privada. Para soportar esto, es preciso mencionar algunos hechos puntuales que obligan a impulsar el reto propuesto. La reelección del Contralor General de Cuentas amparada por una clara y flagrante violación del artículo 233 de la Constitución de la República de Guatemala, que en la parte final del primer párrafo indica: “En ningún caso el Contralor General de Cuentas podrá ser reelecto.” El Cambio en la forma de elección de la Comisión de postulación de los candidatos a ocupar el cargo de Contralor, donde se incluye al Colegio de Contadores Públicos y Auditores cuando el artículo mencionado en su segundo párrafo establece: “…y un número equivalente de representantes electos por la Asamblea General del Colegio de Economistas, Contadores Públicos y Auditores y Administradores de Empresas.” entre los Contadores Públicos y Auditores vedando el derecho de elegir a los profesionales de las otras profesiones que son parte de este colegio citado. Lo que más llama la atención es el hecho que fueron profesionales de la Contaduría, los que propiciaron estas violaciones a la ley. En el ámbito de la iniciativa privada, hemos visto como en los últimos meses se han visto muchos profesionales de la Contaduría vinculados a supuestos hechos delictivos, menoscabando los principios, valores y la ética, que han sido los pilares de la profesión. En este ámbito, bien cabe resaltar las limitaciones que existen para desarrollar la función de la auditoría; por un lado, puede mencionarse la incertidumbre jurídica sobre la aplicación de la normativa internacional para la práctica contable, que no obliga a las empresas lucrativas o no, preparar su información financiera bajo un estándar internacional. Prácticamente, se realizan los registros contables únicamente para efectos tributarios y fiscales. Por otro lado, vinculado a lo anterior, la poca demanda de servicios de auditoría. Se puede seguir trayendo hechos que han complicado la forma de hacer las cosas, pero se hace mención solo de aquellos que tienen que ver con la carrera. Ante esto la pregunta de ¿A dónde va el país en el tema de control y transparencia de gasto público y privado? se queda sin respuesta cuando se voltea la vista hacia los CPA que deberían ser los garantes del respeto a las leyes y normas de control. En un intento de cerrar esta argumentación se trae a la mesa el hecho que las empresas privadas son coparticipes con el gobierno para hacer mal uso de los fondos públicos que deberían traer educación, salud y desarrollo al pueblo. Ante lo planteado se hace imperante fortalecer en el pensum de la carrera los temas de ética y principios. Ética que lleva a profundizar la enseñanza de las normas internacionales ya aceptadas por Guatemala, que ordenan al Contador Además, la Corte de Constitucionalidad contrario a esto, ordenó que la elección se realizara solo 9