L
a contaduría pública y
auditoria en la coyuntura de
Guatemala
Se avanza hacia el final de la segunda década del
este esperado siglo XXI, y la incipiente
democracia de Guatemala se sumerge en un
confuso escenario donde los actores principales
son la ineficiencia de los órganos de control del
estado, la presión internacional por la
transparencia y la apatía de un pueblo que cada día
muestra que no sabe lo que quiere. A esto, hay que
agregar las constantes violaciones de la
Constitución de la República de Guatemala, por el
órgano llamado a protegerla. Escenario por demás
complicado dónde los entes políticos también han
perdido el rumbo. En esta confusión, la carrera de
la Contaduría Pública y Auditoría con urgencia
debe formar profesionales que propongan y
ejecuten soluciones en el campo de control, tanto
de los fondos del erario como de la iniciativa
privada. Para soportar esto, es preciso mencionar
algunos hechos puntuales que obligan a impulsar
el reto propuesto.
La reelección del Contralor General de Cuentas
amparada por una clara y flagrante violación del
artículo 233 de la Constitución de la República de
Guatemala, que en la parte final del primer párrafo
indica: “En ningún caso el Contralor General de
Cuentas podrá ser reelecto.”
El Cambio en la forma de elección de la Comisión
de postulación de los candidatos a ocupar el cargo
de Contralor, donde se incluye al Colegio de
Contadores Públicos y Auditores cuando el
artículo mencionado en su segundo párrafo
establece: “…y un número equivalente de
representantes electos por la Asamblea General del
Colegio de Economistas, Contadores Públicos y
Auditores y Administradores de Empresas.”
entre los Contadores Públicos y Auditores
vedando el derecho de elegir a los profesionales de
las otras profesiones que son parte de este colegio
citado. Lo que más llama la atención es el hecho
que fueron profesionales de la Contaduría, los que
propiciaron estas violaciones a la ley.
En el ámbito de la iniciativa privada, hemos visto
como en los últimos meses se han visto muchos
profesionales de la Contaduría vinculados a
supuestos hechos delictivos, menoscabando los
principios, valores y la ética, que han sido los
pilares de la profesión. En este ámbito, bien cabe
resaltar las limitaciones que existen para
desarrollar la función de la auditoría; por un lado,
puede mencionarse la incertidumbre jurídica sobre
la aplicación de la normativa internacional para la
práctica contable, que no obliga a las empresas
lucrativas o no, preparar su información financiera
bajo un estándar internacional. Prácticamente, se
realizan los registros contables únicamente para
efectos tributarios y fiscales. Por otro lado,
vinculado a lo anterior, la poca demanda de
servicios de auditoría.
Se puede seguir trayendo hechos que han
complicado la forma de hacer las cosas, pero se
hace mención solo de aquellos que tienen que ver
con la carrera.
Ante esto la pregunta de ¿A dónde va el país en el
tema de control y transparencia de gasto público y
privado? se queda sin respuesta cuando se voltea
la vista hacia los CPA que deberían ser los garantes
del respeto a las leyes y normas de control.
En un intento de cerrar esta argumentación se trae
a la mesa el hecho que las empresas privadas son
coparticipes con el gobierno para hacer mal uso de
los fondos públicos que deberían traer educación,
salud y desarrollo al pueblo.
Ante lo planteado se hace imperante fortalecer en
el pensum de la carrera los temas de ética y
principios. Ética que lleva a profundizar la
enseñanza de las normas internacionales ya
aceptadas por Guatemala, que ordenan al Contador
Además, la Corte de Constitucionalidad contrario
a esto, ordenó que la elección se realizara solo
9