Tokio desde el Sunshine City
descubriendo Asakusa, Akihabara, Ikeburu,
Ueno, desde Shibuya donde estamos alojados.
CURIOSIDAD
Kanazawa está al norte, a esta región la
llaman los Alpes japoneses. La ciudad es
mediana, asequible, con su parte moderna
y su parte antigua. Varias casas de samuráis
y señores feudales se pueden visitar. Entrar
en ellas es retroceder miles de años, se res-
pira antigüedad. A nosotros occidentales nos
parece extraña la ausencia de mobiliario en
ellas y también en algún castillo que acabare-
mos visitando, como el de Himeji. Estancias
vacías en las que no podemos admirar nada
evidente a la vista, sino que debemos cerrar
los ojos, respirar hondo, y transportarnos
siglos atrás. En el museo del teatro Noh nos
dejamos vestir como los actores con los ropa-
jes y máscara incluida. Toda una ceremonia.
Ver las ciudades desde el punto más alto
es algo a lo que no acostumbro a renunciar,
puede ser un castillo, como el de Hiroshima,
Himeji, Kanazawa, o un edificio moderno
como el Sunshine city en Tokio con una vista
panorámica desde el piso 59.
TERNURA
Bajamos del tren para ir directos a encontrar-
nos con los ciervos que pasean libremente por
el parque de Nara. Saludan, hacen reverencias,
nos golpean suavemente con el hocico llaman-
54