Revista de viajes Magellan Octubre 2017 | Page 19

Chateau de Quebec Con el nuevo día nos dirigimos al Parque Nacional de Mont Tremblant. Nos alojamos en el coqueto pueblo del mismo nombre, básicamente una estación de esquí dedicada a las actividades al aire libre en verano. Subi- mos en teleférico a las montañas cercanas al pueblo desde donde una torre forestal había unas vistas espectaculares del lago Temblant. También pudimos alquilar una embarcación a motor para recorrer el lago. Por la tarde hicimos un par de rutas sencillas en el parque nacional para visitar las cascadas de Chute du Diable y Chutes Croches. Y finalmente nos dio tiempo a subir al mirador de La Roche, con preciosas vistas sobre el lago Monroe. El parque no es tan espectacular como los de la costa oeste. Sin embargo merece la pena una visita por la cantidad de lagos y riachuelos que lo atraviesan. El siguiente destino era Quebec, capital del estado homónimo. Sin duda es la ciudad que más nos gustó y la que tiene un carácter más europeo. Su centro histórico está amurallado y dominado por un impresionante Chateau, hoy en día un hotel. El centro parece el de una ciudad francesa con calles adoquinadas y pre- ciosas casas. Desde la explanada del Chateau - Terrasse Dufferin - hay amplias vistas sobre el río San Lorenzo. En la parte baja, a nivel del mar está la parte más pintoresca con la encantadora plaza Royale y sus alrededores. Pasamos buena parte del día recorriendo esta zona, callejeando y disfrutando del animado ambiente. También exploramos la ciudadela, detrás del Chateau, y los campos de Abra- ham, con algún edificio histórico y zonas ver- des con buenas vistas. La zona costera bajo el castillo es también muy agradable para pasear 19