Revista de viajes Magellan Magellan Nº41 | Page 34
que acuden curiosos a husmear para ver que
se cuece en los alrededores de la proa de la
embarcación.
Bajo esta escasa oferta turística, y valoran-
do la inmersión en el cotidianeidad de la vida
local, un par de actividades, no aptas para
viajeros cuyo objetivo sea una chincheta más
en su mapa, me cautivan. En primer lugar
observar la carga y descarga de las barcas que
salen hacía la isla de Puná, una isla grande
pero poco poblada ubicada en medio de la
desembocadura del Guayas. El vaivén de per-
sonas cargadas con los grandes fardos, sacos y
bolsas que guardan parte de sus necesidades,
negocios y esperanzas, hacen volar mi imagi-
nación hacía el modo de vida de los isleños.
Luego, intentando seguir escapando del
estrés, me dirijo hacia el norte para intentar
llegar a uno de los muelles. Desgraciada-
mente los desembarcaderos están cerrados
al público y se necesita autorización para
entrar, pero cuando se cierra una puerta,
Ecuador siempre te abre una ventana. En
este caso la solución se presenta en forma
de decenas de pequeñas embarcaciones que
merodean por los alrededores de los muelles
y que son accesibles por unos pocos dólares.
A lomos de la barca contemplo el trajín de
los pescadores des del Guayas. Con un poco
Descarga del pescado y reparación de
redes en muelles de Posorja
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