revista de pensamiento crítico y reconocimiento. | Page 85

idea de que lo mejor para una sociedad pasa siempre por tener más entre todos, porque la producción mundial se incremente, difícilmente se va a encontrar algo mejor de lo que se hace en estos momentos. Necesitamos cambiar el marco de referencias, reorientar la economía en otra dirección, construir un marco diferente en el que movernos para poder poner la economía al servicio de las personas y de las sociedades en las que estas viven.

En este breve artículo voy a indicar algunas de las ideas que pueden llevarnos a construir este nuevo paradigma económico sustentado en una visión cristiana de la realidad. Comienzo con diez premisas sapienciales que están detrás del nuevo paradigma y que son esenciales para entenderlo. Después iré enumerando aquellos aspectos más importantes que deberían cambiar para que pudiésemos llevar adelante este paradigma económico nuevo que nos dirige en otra dirección puesta al servicio del bien común.

Diez premisas sapienciales

Hay elementos que pertenecen a la sabiduría, no solo cristiana, sino de otras culturas, que la economía actual ha perdido y que han sido sustituidas por otras premisas que carecen de ese aporte sapiencial.

sustituidas por otras premisas que carecen de ese aporte sapiencial. Voy a presentar diez premisas sapienciales que están en la base del cambio de paradigma económico que propongo y que permiten comprender mejor las propuestas que aparecen a continuación.

No todo es economía, aunque la economía está en casi todo. La economía estudia cómo cubrir las necesidades con recursos escasos y por ello casi todo tiene un componente económico que no podemos evitar. Pero esto no supone que todo sea economía ni que la economía sea lo principal.

La economía se puede organizar de muchos modos, no solo hay una manera. Siglos y siglos de historia nos muestran esta diversidad de sistemas de organización. Nuestra labor es ver cuál es la mejor para alcanzar los objetivos que pretendemos.

No hay sistemas perfectos. No hay forma de organizarlo todo de manera perfecta. Todo tiene pegas y habrá que analizar qué sistema tiene menos problemas o cuál presenta las debilidades más razonables. Pensar así nos vacuna contra los populismos, contra la idea de que hay una solución para todo, de que hay remedios universales, como si fueran brebajes que lo curan todo. Nos previene contra las

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