La actual crisis de el coronavirus es una oportunidad para avanzar, para no volver atrás. Decíamos que sí sabemos surfear en esta ola que nos ha dado muchos problemas, que nos ha sacado de nuestra zona de confort, si lo sabemos hacer esta crisis, como todas, también ofrece muchas oportunidades para avanzar y sobre todo para no volver atrás. Porque si nos dedicamos solo a la enseñanza remota de emergencias y nos desgastamos ahí, y nos reservamos otros tiempos para otras cosas, volveremos hacia atrás. Y como no queremos volver hacia atrás, y queremos avanzar la primera pregunta que nos vamos a hacer, que de hecho yo le quiero hacer a Luis Marín, es: ¿qué estamos aprendiendo en este periodo? ¿Qué estamos aprendiendo? ¿Qué vamos descubriendo, qué hemos ido descubriendo en estas casi seis semanas de enseñanza remota de emergencia, Lluis?
Lluis Tarín
Pues es como si estuviéramos revisitando de nuevo todos nuestros entornos de aprender y enseñar. Estamos revisitando y redescubriendo. Aprender necesita establecer y mantener, pues los vínculos emocionales, las motivaciones las ilusiones que acompañarán a nuestros chicos y chicas implica ser un referente para ellos. No es sólo estar al lado que, ya es mucho es mucho. Es dar un sentido, es dar un significado, a veces no decir nada. No es tan importante obsesionarse por los contenidos, que una cosa es calificar y otra cosa muy distinta es evaluar.
Estamos redescubriendo de nuevo la importancia de dar y recibir feedback, y darlo con sentido y al recibirlo con gratitud. Y estamos redescubriendo que para aprender nuestros alumnos nuestras alumnas necesitan ver un sentido y entender como aprenden. Y esto lo estamos viendo cuando ahora no los tenemos cara a cara, cuando ahora solo nos podemos guiar por las reacciones que hacen a la cantidad de actividades que les estamos proponiendo de manera remota; que aprender implica encontrar sentido y significado que descubrimos que frente a las situaciones complejas y se nos están presentando muchas. Y actuar en equipo es mucho más eficaz que trabajar aislados. Y descubrimos que estar orientados hacia la comunidad es mucho más sostenible que proteger nuestra aula, que proteger nuestra asignatura o nuestro centro. El término y la experiencia y la vivencia de la comunidad hace que nuestra escuela y nuestro proyecto sea mucho más sostenible.
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